El pasado martes 2 de agosto la Presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos Nancy Pelosi visitó Taiwán en una gira por la región asiática, pero que se interpreta como una “provocación” tomando en cuenta la conflictividad geopolítica actual
Taiwán en la tensión Rusia-Ucrania
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Por Carlos Roque


La presencia de la alta representante del Parlamento estadounidense provocó un inmediato rechazo del gobierno de Beijing dado que ello no ocurría desde hace 25 años y porque además se interpreta como un elemento significativo en el grave enfrentamiento geopolítico actual en el cual China, sino de manera activa se considera por razones geopolíticas aliada de Rusia y con participación protagónica en lo que sería la definición de un Nuevo Orden Mundial. Ello explica porque la noticia generó reacciones diversas a nivel internacional y también en la región, toda vez que como respuestas del gobierno, de Xi Jinping ordenó y mantiene maniobras militares en la frontera de la isla.

UN CONFLICTO
Las tensiones políticas entre Taiwán y China se remontan a la guerra civil entre ambas naciones entre 1927-1949. En ese prolongado conflicto entre el Partido Comunista y el ala derecha del movimiento Kuomintang dirigido por el líder político militar Chiang Kai-shek, el Partido Comunista salió victorioso y logró tomar el mando después de 22 años. Tras la proclamación de la República Popular China en 1949, el Kuomintang se retiró a Taiwán, pero Pekín sigue considerando a Taiwán como parte de su territorio.

UNA SOLA CHINA
En 1971, las Naciones Unidas, incluso con el voto de Estados Unidos reconoció la existencia de una “sola China” lo cual implicó la sujeción de Taiwán a la política de Beijing, como una régimen especial, de “control factico” de la isla y no en la concepción de la colonia tradicional por cuanto Taiwán mantiene un estatus que le permite la elección de sus propios mandatarios mediante los mecanismos del voto y la alternabilidad, e incluso si bien, no mantiene relaciones formales con el gobierno chino, han incrementado sensiblemente su intercambio económico. Para la visión geopolítica exacerbada por el actual conflicto Rusia-Ucrania con el apoyo de la OTAN y Estados Unidos, la posición que asuma el gobierno de Taiwán pasa a tener una indudable importancia. De allí, que la presencia de Pelosi en la isla se haya considerado como un elemento, cuando menos simbólico de un conflicto que cada día amenaza con mayor fuerza al mundo entero con su consecuencias económicas y militares. 





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