Hemos visto cómo Venezuela es el país de las contradicciones y de la confrontación por el poder político. Este último periodo no escapa de esta realidad
Buscando valores III
      A-    A    A+


Por Carlota Salazar Calderón


Cuando el chavismo que se fijó la meta de transformar al venezolano, en un hombre nuevo humanista y socialista, fracasó con sus ejecutorias: - excesivo control social partidista (PSUV), - expropiaciones, - ineficiencia,- corrupción en el manejo de los servicios públicos, - mal manejo de las empresas del Estado… mientras que sus opositores in comprendieron la magnitud de los cambios de una democracia representativa a participativa, reduciéndose al oposicionismo donde todo es malo, comunistas y asesinos…, generando la crisis política, social y económica, que todavía persiste. En efecto, el modelo chavista fracasa, pero con ellos fracasamos todos.
Traigo a colación a título reflexivo que cuando el presidente Chávez confronta al capitalismo con el socialismo (Foro de Sao Paulo 2015),la gente entendió como socialismo, colectivismo, sociabilidad, colaboración, amor, ayuda al prójimo, ayuda a los pobres; no como comunismo. En efecto, hubo y, hay rechazo por: - estatización de la economía, - empresas en manos del estado, - expropiaciones, - el discurso de que ser rico es malo; por el contrario, quieren superarse social y económicamente, de hecho, en Venezuela existe mucha movilidad social y hay respeto al que tiene dinero porque se lo ha ganado con esfuerzo y trabajo. Pero ese sentimiento no pudo ser capitalizado por los opositores que se dedicaron, sin prisa y sin pausa, a dejar que el chavismo avanzara solo, pensando que no lo iban a lograr.

Sin embargo, a pesar del desgaste de ese proyecto Nicolás Maduro gana las elecciones en el 2013, afianzado en su maquinaria electoral, pero con muy poca diferencia Henrique Capriles, su alter ego en esa contienda, quien desprecia ese capital político y se reduce a la Gobernación de Miranda, perdiendo así el carácter de líder nacional que debió asumir, como factor unitario.
Esta nueva fase del chavismo no se deslastra de la figura de su mentor, pero si del proyecto original y comienza a transitar una especie de reformismo o apertura, a lo Perestroika y Glasnost, bajando la confrontación, abriéndose al sector privado y a otros sectores críticos al gobierno, pero mantiene los mismos vicios del control social, pensamiento único, ineficiencia y corrupción. En donde los utilitaristas revolucionarios lograron poder político, minimizando gran parte de la población con el miedo, la dadiva y el chantaje.
Profundizando los instrumentos de manipulación y control social que les permite a través de los consejos comunales, comunas, Ubch, Clap, colectivos… una base electoral con la cual ganan elecciones, mientras sus opositores están distraídos peleando entre ellos. De allí una sociedad atomizada, desorientada y desconfiada que se refugia en su individualismo, como mecanismo de protección.

Seguimos sosteniendo la tesis de que el problema es el sistema político de cogollos, de control central y sin equilibrio entre los poderes públicos, donde la sociedad está desdibujada y sin capacidad para canalizar sus demandas. Una élite dominante.
El discurso del chavismo genera rechazo porque sus propuestas chocan con la realidad: la desatención de los niños con cáncer en el JM de los Ríos, el deterioro de las escuelas que ha producido deserción del estudio al trabajo, las listas de medicamentos en los hospitales… y además los lujos de una clase privilegiada (donde hay de todo, chavistas y opositores, hasta los millonarios de antes, ahora tienen más).
Pese a esta descripción, paradójicamente, la sociedad, en general, chavistas, adecos, masistas, independientes…, atendiendo al espíritu de los tiempos, es más crítica. Está más informado, conoce lo que pasa en el mundo en tiempo real, abre su teléfono ¡lee lo que le interesa y saca sus conclusiones!
Por ello, tiene más comprensión de la gravedad del problema, entendiendo que su desapego y desinterés perjudica al país, que independientemente de por quien se vote en el momento electoral, es necesario apoyar lo bueno, condenar lo malo y hacer un esfuerzo porque las cosas funcionen por el beneficio de todos.
 
Y sí están dispuestos a participar, pero sin manipulación, ni de este, ni de otro gobierno.
En la próxima entrega le daremos forma a los valores de la venezolanidad que deben estar presentes en el Estado Ciudadano.
@carlotasalazar
 
Ver más artículos de Carlota Salazar Calderón en