La coyuntura del año 2011 en Chile es sin duda el primer gran movimiento de masas desde el golpe de Estado de 1973
Las dos Almas de Gabriel Boric (III)
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Por Manuel Salvador Ramos


Los cuestionamientos a la Constitución elaborada por la dictadura militar ha sido la línea maestra de los planteamientos, movilizaciones y protestas, e igualmente ello ha ocupado a políticos y expertos desde incluso antes de su aprobación en el plebiscito fraudulento en 1980. Chile, como lo hemos apuntado insistentemente, es una nación rigurosa en lo que atañe al ejercicio de las formas republicanas y una manifestación de ello han sido los clamores de la ciudadanía por cambio constitucional desde el mismo momento del advenimiento democrático en 1989. Ese pedimento estuvo en el sustrato de todas las movilizaciones políticas, aunque las mismas se refiriesen a otros aspectos específicos del acontecer social. Dentro de esta perspectiva hemos estado desarrollando el hilo de estas entregas y es por ello que hoy hemos de focalizar como esa lucha integral de la sociedad chilena adquiere una nueva dimensión a partir del hito que conforman las movilizaciones del año 2011 y como allí se inserta la figura de Gabriel Boric.

Ahora bien, el tema constitucional, en sentido estricto, lo analizaremos detenidamente con posterioridad, dada la complejidad y alcance que entraña. En los días que corren, el trabajo de la Convención Constituyente ha sido duramente cuestionado por diversos sectores, e inclusive se plantea la posibilidad de que el texto definitivo sea rechazado en el plebiscito de salida. Este último señalamiento nos muestra que el tópico no puede tratarse dentro de la síntesis que involucra solo algunos párrafos.

La coyuntura del año 2011 es sin duda el primer gran movimiento de masas desde el golpe de Estado de 1973 y es en ese contexto donde se configuran los factores que definitivamente han de decretar la desaparición histórica del período que se denomina la Concertación. Es en ese intenso 2011 donde aparecen los liderazgos que hoy han arribado a las altas jerarquías del país y es donde se enhebran los componentes de los nuevos planteamientos ideológicos rupturistas. Los hechos en sí comienzan en abril de 2011, prosiguen hasta los meses de junio y noviembre y como portaestandarte se plantea el rechazo del sistema educacional imperante en Chile, reclamando una educación gratuita para todos, de calidad y que ponga fin al lucro. Las multitudinarias acciones de calle, las asambleas y las protestas diversas logran poner en jaque al Gobierno durante meses, y consiguen -hecho esencial- recibir el apoyo mayoritario de la sociedad chilena. Durante esos meses se producen marchas multitudinarias tanto en Santiago como las principales regiones del país; el movimiento integra también a los estudiantes secundarios del nivel público y privado, y por supuesto cuenta con el apoyo activo de la FECH, organización que agrupa a los estudiantes de la Universidad de Chile. Se adhiere además parte del Colegio de Profesores y cuenta, en ciertos momentos, con el apoyo transversal de varios sectores en huelga.

Un movimiento de ese volumen y categoría, obviamente rebasa las reivindicaciones de en sus categorías corporativas o gremiales. Las metas que se fijan, tales como educación estatal, gratuita, laica, democrática, igualitaria y de calidad, supone cambios estructurales rotundos, económicos y políticos, tal como una reforma tributaria y el control de los recursos naturales del país, empezando por la renacionalización del cobre, hito que había sido logrado durante el Gobierno de Allende, pero que luego revertido durante el régimen militar. Se pide, como lo dijimos, la reforma de la Constitución de 1980 y más específicamente la reforma del sistema electoral.

Con respectos al liderazgo de esas movilizaciones, habíamos mencionado dos nombres, recalcando que ellos darían que hablar con posterioridad; nos referíamos a Camila Vallejo y a Giorgio Jackson La primera ha sido desde su aparición como líder de la protesta, una dirigente que ha sido foco de atención porque encarna dentro de PCCh una figura fresca con rápido ascenso dentro del cuadro político chileno. Llegó a la presidencia de la FECH en el año 2008 en la plancha presentada por la Juventud Comunista, fuerza que venía siendo triunfadora en ese ámbito durante varios períodos. Giorgio Jackson provenía de la Federación de Centros de la Pontificia Universidad Católica de Chile, (FEUC). Estos dos jóvenes, líderes ambos de las movilizaciones que hemos venido mencionando, son hoy figuras principalísimas del gobierno presidido por Gabriel Boric, desempeñándose la primera como ministro de la Secretaría General de Gobierno, y el segundo como Ministro Secretario General de la Presidencia. Como se puede observar, el movimiento social del 2011 ha sido la cantera de la cual han emergido los líderes de la nueva era, ya que el listado de nombres se amplía considerablemente cuando verificamos otras carteras ministeriales, así como subsecretarías, delegaciones regionales y cargos diversos en la administración.

Pero como manera pertinente de enlazar el contenido del presente artículo con los subsiguientes, es probable que algún lector pueda preguntarse ¿en qué punto de ese torbellino, ocurrido hace apenas diez años, podemos encontrar a Gabriel Boric? Se nos ha dicho -cavilará el lector- que los dos principales ministros del gabinete de este gobierno, su gobierno, fueron las cabezas del movimiento y alguno de ellos, dentro de la lógica política, ¿podría haber sido el actual presidente?

Entonces, ¿Dónde se ubica Gabriel Boric Font dentro del gran tsunami que se desató con fuerza implacable el año 2011?