Haya milagro colombiano o no, urge una renovación profunda
¿Y los goles pa' cuándo?
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Por Hernán Quiroz Plaza


La Selección Colombia está con "respirador artificial" en el camino de las eliminatorias al mundial Qatar 2022. La situación no puede ser peor, los dirigidos por Reinaldo Rueda deben ganar los dos partidos restantes y esperar una serie de combinaciones de los partidos de otros rivales para poder clasificar. Ahora bien, aterrizando en la triste realidad de la selección cafetera hay quienes hacen "cuentas alegres" de ganarles a Bolivia y Venezuela –los dos rivales que faltan para terminar la eliminatoria– cuando el equipo lleva más de 600 minutos sin hacer un gol y prácticamente es como ganarles a Brasil o Argentina.

El periodista chileno Danilo Díaz recientemente afirmó acerca de Ben Brereton, esa piedra preciosa hallada por Chile que es la revelación de la Eliminatoria. Nos documentó: “Un empleado de la federación descubrió que era hijo de una chilena, Reinaldo Rueda vio videos de Brereton, le gustó y fue el primero en establecer contacto con él. Lo convenció de venir a jugar por Chile. No pudo hacerlo debutar porque justo se fue, pero dejó todo arreglado para que viniera”. Luego habló del arquero Brayan Cortés, Montecinos, Marcelino Núñez, nuevos talentos muy prometedores de la Selección de la Estrella Solitaria y, sobre todo, de Gabriel Suazo, excelente lateral izquierdo. “Rueda lo convocó cuando Colo Colo peleaba el descenso y eso le deparó ácidas críticas, pero ahora se ve que fue un acierto”. Reinaldo llevó al Mundial a Honduras y a Ecuador, ganó la Libertadores en gran estilo con Nacional de Medellín. Pero es malo.

Egipto, conducido por Carlos Queiroz, eliminó al local y favorito Camerún y el domingo 6 de febrero disputó la final de la Copa Africana frente a Senegal. Dirigió a seis selecciones, clasificó a tres Mundiales, una con Portugal y dos con Irán (¡Dos con Irán!), fue entrenador del Real Madrid, mano derecha de Ferguson en el Manchester United, básicamente porque recomendó a Cristiano Ronaldo a los Diablos Rojos (lo revela el mismo Sir Alex en su libro Liderazgo). Pero es malo. Pekerman ganó tres Mundiales juveniles y transportó a la Argentina y a Colombia a la Copa del Mundo (dos veces). Pero era malo, anticuado. El presidente de la FCF Jesurún es malo, los comunicadores somos malos, Barranquilla como sede es mala y el público que silba, también. Los únicos buenos son estos cracks fenomenales que van séptimos. Séptimos entre diez. “El profe nos dijo que cuidáramos el cero”, dijo Falcao, empujándolo a las ruedas del tren. Ellos no tienen nada que ver en este asunto de la Eliminatoria. El problema es el profe.

El Pibe Valderrama, que sí era crack, se las mandó sin anestesia: “No le meten un gol ni al arcoíris”. Y Tréllez fue aún más cáustico: “Banda de muertos”, los apostrofó. Pero para salvaguardar el prestigio (ergo, la cotización), por si no van al Mundial, es importante cargar el fracaso en la mochila del técnico. Y propalarlo: “Está desactualizado”, “perdió el rumbo”, “no transmite nada”, “se le fue el equipo de las manos”. Es posible que se le haya ido, con estos jugadores se va hasta la salud. Están solos frente al arco y la tiran alta, o al cuerpo del arquero, o pifian el tiro. Pero nunca es culpa de ellos.

Andrea Guerrero, comentarista de RCN Radio, hizo una reflexión de ella misma en la orilla de la prensa deportiva. “Yo sé que la gente está diciendo apeguémonos a la calculadora, ‘revoliático’ y hagamos las cuentas y todo lo que ustedes quieran, y que hay que sacar a Reinaldo (Rueda), acá el culpable siempre es el sofá”, sostuvo en el medio colombiano Win Sports. Por eso, agotada de haber dado tanto en apoyo a la Selección Colombia y a sus jugadores, Andrea Guerrero aceptó que ella misma tiene una responsabilidad. “Yo asumo mi responsabilidad, yo tengo responsabilidad en este paquete... también. Yo los he mimado, los he consentido, a todo lo que dicen sobre ellos digo que es una persecución, que pobrecitos”, dijo. Y agregó: “No digo que hay que darles la espalda, pero sí ser realistas. La presentadora neogranadina fue más allá al señalar que tanto Reinaldo Rueda, como su cuerpo técnico y los jugadores, deben dar la cara hasta el último día y deben asumir su responsabilidad por la actual situación. “No les voy a hacer el trabajo fácil. ¿Entonces que traigan a los jugadores de la liga colombiana? No, que estos mismos pongan la cara y que cuando jueguen un partido con la Selección ya eliminada lo hagan. Ahora es que salgan con que se lesionaron una semana antes. Estos deben ir hasta el final”, recalcó, indignada la comunicadora colombiana. Por su parte el periodista Iván Gallo arremetió con dureza en su columna “Colombia y la desgracia de tener periodistas deportivos tan brutos” del portal LAS2ORILLAS.COM. “Claro que no merecemos ir al mundial. Alargarles la cuerda a periodistas tan irritantes como los que abundan en este país, es un crimen que no debemos seguir pagando. Ellos, los de las grandes cadenas, ya se frotaban las manos, Catar, otro mundial, otro continente, viáticos, hoteles. Viven de eso. Son mercaderes de fe. Por eso dicen mentiras”. “Nunca patean la lonchera. Jamás lo harán estos esclavos. Por eso uno encuentra a vulgares vendedores como los que intentan meternos por los ojos adefesios tipo fútbol colombiano por Win Sport. Y eso sacan estadísticas, las que ellos les conviene. Y siguen diciendo que los equipos ecuatorianos son chicos olvidando que Barcelona de Guayaquil llegó con lujos de detalles a las semifinales de la Libertadores mientras acá ningún equipo pasa fase de grupos desde el 2018. Impactante, aterrador”. “Por amor a Jehová, ¿es mucho trabajo pedirles que no nos engañen más?”, puntualizó un encolerizado Gallo.

El célebre escritor Eduardo Galeano quien definió al GOL como “el orgasmo del fútbol” estuviera encolerizado viendo jugar a la actual selección colombiana. "El gol, aunque sea un golecito, resulta siempre gooooooooooooooooooooooool en la garganta de los relatores de radio, un do de pecho capaz de dejar a Caruso mudo para siempre, y la multitud delira y el estadio se olvida de que es de cemento y se desprende de la tierra y se va al aire". (fragmento del libro FÚTBOL A SOL Y SOMBRA del escritor y profeta de "la número cinco"). Su pasión por el fútbol y los goles era tal. El fútbol “la única religión que no tiene ateos”, manifestó en su momento el famoso escritor uruguayo.

Decirles a los hinchas de un país que los jugadores de su selección son menos buenos de lo que creen es una afrenta imperdonable. Más vale abuchear el himno o escupir la bandera que no blasfemar contra ellos. Una frase muy trillada sostiene que “es un crimen perderse un Mundial con los jugadores que tiene Colombia”. ¿Tanto así? “Es un plantel lleno de talento”, escuchamos como un clisé. ¿Cómo se expresa el talento? En la gambeta, en una pared, en una definición exquisita frente al arquero, en un pase milimétrico entre líneas, en un desborde con freno y enganche, en un amague que genere espacios, en un golazo al ángulo, en el entendimiento memorizado de dos o tres jugadores que combinan triangulando, en un gran cambio de frente, en la inspiración. Hay diversas formas. No vimos ninguna de ellas en esta Colombia. Todo es lucha, esfuerzo, marca, confusión -colectiva e individual-, impotencia, futbolistas que quieren y no pueden, puros centros (y mal tirados), falta de ideas. Por eso no elabora fútbol ni genera situaciones de gol. Ni goles.

Hay cuatro elementos que sobresalen: Ospina, Cuadrado, Barrios y Díaz. A excepción de este último, que sí es muy hábil, Cuadrado destaca por personalidad y empuje, Barrios por marca y prodigalidad, Ospina es un arquero eficiente y salvador. Díaz brilla verdaderamente en el Porto y a partir de ahora se espera que lo haga en el Liverpool, Cuadrado es titular y muestra liderazgo en Juventus, y se supone que los hinchas del Zenith están muy satisfechos con Barrios. Se supone, porque no lo vemos. ¿Qué otros destacan en Europa? ¿Cuáles son figuras de clubes grandes? Davinson Sánchez es titular o al menos juega casi siempre en el Tottenham y Yerry Mina un poco menos en el Everton, pero no son luminarias. Y Muriel y Zapata, que hacen goles en el Atalanta, pero no es la selección. Varios cumplieron su ciclo, sobre todo los dos estandartes: Falcao por edad (36 años), James (31 en julio) por una cuestión física; no le da. A lo que se suma un problema adicional para las selecciones que no vayan a Catar: hasta la próxima Copa América, junio-julio de 2024, no habrá actividad oficial, un largo paréntesis de más de dos años que los equipos nacionales deberán mitigar con amistosos. Puede que algunas asociaciones incluso se mantengan inactivas para no solventar contratos millonarios de sus cuerpos técnicos al tener objetivos a la vista. A futbolistas mayores de 31 o 32 años se les complicaría comenzar un proceso nuevo luego de tanto tiempo.

Y aún si conviniéramos que es un grupo muy calificado, hay otras selecciones que también tienen buen material. Brasil, Argentina, Uruguay, Chile y Ecuador están en un nivel superior o igual en potencial. Y, de los de abajo, Venezuela posee doce o catorce profesionales que actúan en Europa o la MLS. No sobresalen porque los devora la desorganización federativa. De modo que los directores (Queiroz, Rueda) han tenido y tienen responsabilidad en esta decepcionante campaña, pero los actores también. No pueden salir indemnes de esto. Y hay que bajarles el cartel de estrellas, son más famosos que virtuosos y la fama no gana partidos. Haya milagro colombiano o no, urge una renovación profunda. Y no hay que tenerle miedo, aunque lleva tiempo. A Argentina le costó tres años salir del caos. Scaloni tuvo coraje y jubiló de la Selección a Banega, Biglia, Rojo, Enzo Pérez, Mercado, Salvio, Fazio, Pavón, Higuaín, Icardi, Benedetto, a los arqueros Romero, Caballero y Guzmán. Probó más de setenta nuevos hasta quedarse con estos treinta de la Eliminatoria. Le costó, pero dejó atrás la anarquía y la mediocridad.

El Nóbel de Literatura y uno de los escritores en lengua castellana más importante en la historia del mundo, el colombiano Gabriel García Márquez quien, si bien no era aficionado del deporte, siempre dio a conocer su gusto por el fútbol. “El fútbol colombiano tiene un sello latinoamericano, y eso es muy importante porque nosotros tenemos que tener una personalidad también en fútbol”; sin embargo, ese fútbol tiene una desventaja: es poco goleador, y los partidos se ganan con goles”. García Márquez no fue impermeable al fútbol. Gustó de él y fue continuo espectador en su época de periodista en "El Heraldo" de Barranquilla, según contó. Su afición por este deporte, los goles y su tierra natal, llevó al “Gabo a mediados de 1994 cuando convencido de que Colombia iba a ganar el Mundial de Estados Unidos, apostó un automóvil Mercedes Benz con Danilo Bartulin, quien fuera médico del expresidente chileno Salvador Allende, según reveló por entonces la revista colombiana Semana. Todos conocemos el desenlace final en esa cita mundialista, el asesinato del defensor Andrés Escobar poco después de la decepcionante campaña de Colombia en ese Mundial. Colombia produce futbolistas en buena cantidad, puede armar otra selección ganadora. Mejor que esta. Que sea buena en la cancha, no solo de palabra.



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