La boína que identificó a los estudiantes rebeldes de 1928 surgió de un hecho curioso
El Asunto de las Boínas
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Por Eleazar López-Contreras


Los bochinches de febrero del año 1928, protagonizados por 252 estudiantes y algunos cadetes de abril de ese mismo año, se originaron cuando se hicieron pronunciamientos libertarios en la coronación de Beatriz I, en el Teatro Municipal. Curiosamente, en el baile en su honor, celebrado el día 7 de febrero en el Club Venezuela, los estudiantes se presentaron con boínas. La boína que identificó a los estudiantes studiantes rebeldes de 1928, y que se convirtió en el símbolo de su lucha contra Juan Vicente Gómez, surgió de un hecho curioso.

Ocurrió que las hermanas Blanco Meaño (María Luisa y Lola) hojeaban un catálogo de la tienda parisina Au Bon Marché, cuando se les ocurrió reunir unos cuatro mil bolívares para encargar algunos objetos para venderlos en su casa. Con el pedido llegaron unas doscientas boínas, de lo cual se enteró Miguel Otero Silva quien, con Uberto Mondolfi, comenzó a usarlas, primero, en una fiesta y luego, para ir a la universidad. A sus compañeros les llamó esto la atención y los demás estudiantes también la adoptaron cuando las hermanas Blanco se las regalaron. Para febrero del 28, cuando alzaron su voz contra Gómez, comenzaron a usarlas. En esos días de alborotos y expresiones anti-gomecistas, el primero en usar la voz LIBERTAD, lo cual hizo en un poema recitado en el Teatro Municipal el 6 de febrero, fue Pío Tamayo, sembrador de la semilla comunista en Venezuela, quien hubiera preferido una boína roja, tal como lo hiciera su camarada del siglo 21, que la usaba roja-rojita.



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