Los resultados de la mega elección del 21-N no sólo renovaron los poderes regionales y locales, sino que despejan el camino electoral con un nuevo mapa político
El Escenario hacia 2024
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Por Carlos Roque


Nuevamente se demostró, como ha ocurrido históricamente, que el voto es la única arma capaz de producir cambios legítimos y facilitar el ascenso de nuevos partidos y liderazgos emergentes mediante la voluntad popular. En Venezuela, un país cuya cultura democrática se apuntala en la tardía conquista del sufragio - al punto que se ha llegado a decir que se trata en verdad de una votocracia hasta el domingo 21 de noviembre ello estaba en duda. Había cobrado fuerza en la opinión pública una inconcebible prédica contra el ejercicio del voto por sectores cuya existencia se debía no a la fortuna de una insurrección armada ni la intervención extranjera, sino al mandato de la misma ciudadanía que ahora nuevamente acudiría a las unas electorales.

LOS RESULTADOS
Para las elecciones del 21-N estaban en disputa los cargos para escoger a 23 gobernadores, 335 alcaldes, 253 legisladores y más de 2.471 concejales para una población registrada de 21 millones 159,846 de habitantes apta para votar, a la cual habría que restar en esta oportunidad las cifras de migrantes venezolanos que se estiman entre 5 y 7 millones de compatriotas y quienes además para este tipo de escogencia no tienen derecho al voto. Las urnas registraron, según el boletín oficial del CNE, una participación del 42,26 % de los electores, cifra que se considera ajustada a los promedios universales de concurrencia a escogencias regionales y municipales, sin tomar en cuenta además que en el país el sufragio no es obligatorio y que en este caso viene de afrontar un persistente llamado a no votar por la alianza opositora más importante de ese momento.

VICTORIA ELECTORAL
Dado el clima de polarización que vive el país, toda consulta electoral se asume con carácter plebiscitario sobre la gestión de un régimen que ya dura 23 años y cuya naturaleza es distinta a la tradicional democracia representativa. El Gran Polo Patriótico que agrupa los partidos oficialistas y que en las elecciones de 2017 obtuvo 18 gobernaciones, en esta ocasión sumó 20 entidades regionales y 205 alcaldías, si bien posteriormente en los estados Barinas y Apure los resultados fueron revisados por apelación opositora. Tal como registraban los sondeos el madurismo repitió una aplastante victoria electoral, en esta oportunidad facilitada más que por la cifras de abstención, por las divisiones y dispersión de las opciones opositoras.

VICTORIA POLITICA
Las propuestas opositores y los nuevos partidos surgidos al calor de la contienda ,en especial la Alianza Democrática y algunas individualidades del “G-4”acogidas a la rescatada tarjeta de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) contabilizaron 4 millones 414,874 votos para el 51,7 % frente a 3 millones 940,335 de votos para el 46 % del oficialismo Si bien ello no puede sumarse en una sola referencia partidista, la votación expresa en buena medida el malestar y el rechazo a la gestión del chavismo-madurismo. En conclusión, podría hablarse de una significativa victoria política.

NUEVOS ACTORES
Si bien en esta oportunidad surgieron numerosas organizaciones de la sociedad civil, se destacan los éxitos de los partidos Fuerza Vecinal que en su primera participación obtuvo la victoria en los principales municipios del Área Metropolitana de Miranda: Chacao (Gustavo Duque) Baruta (Darwin González) El Hatillo (Elías Sayegh) y en varias alcaldías del interior con planteamientos vinculados a las expectativas de sus respectivas comunidades. También fue importante la votación del partido El Lápiz encabezado por Antonio Ecarri candidato a la Alcaldía de Caracas, así como de los titulares de las tres gobernaciones opositoras: Manuel Rosales (Zulia), Morel Rodríguez (Nueva Esparta) y Alberto Galindez (Cojedes) ex gobernadores reelectos entonces como militantes de Acción Democrática.

VIA ELECTORAL
Los informes de las misiones de observación internacional, en especial de la Unión Europea, más allá de criticas ya conocida sobre la naturaleza del gobierno, destacaron en cambio la transparencia de los resultados y la idoneidad técnica del CNE, todo lo cual refuerza de nuevo la ruta electoral como el camino necesario para rescatar la convivencia democrática y abordar salidas a la crisis nacional.






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