Cuenta la leyenda que la noche de cada 31 de octubre, la barrera que separa el mundo de los vivos y el de los muertos se disuelve
CUANDO LOS MUERTOS REGRESAN
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Natchaieving Méndez

Es el momento en el que espíritus y fantasmas que están en otros planos deambulan entre los mortales.
 
Esta historia ha pasado por el filtro de los años tomando diferentes matices y convirtiéndose en lo que actualmente representa, para muchos, una fiesta comercial, la excusa pertinente para cambiar de personalidad, disfrazarse, mostrar la irreverencia humana a lo “estéticamente bello” y convertirse en uno de los personajes espeluznantes que la industria del entretenimiento ha instaurado a través de series y películas.

El Halloween ha tenido defensores y detractores, y el carácter publicitario ha engrosado la lista del segundo grupo, sin contar la aversión por parte los practicantes de dogmas religiosos muy cerrados. Además, los defensores de las culturas ancestrales que resguardan con celo sus tradiciones vinculadas con esta fecha, ven amenazadas la preservación y la continuidad generacional de sus saberes con el apabullamiento que la maquinaria de la industria cultural global emplea para exaltar esta celebración.

Muertos, decapitados, vampiros, zombi, monstruos, el inventario de personajes espeluznantes es largo y, justamente, pareciera que mientras más grotesca o “gore” sea la representación, el éxito por llamar la atención estará más asegurado. Algunas personas confunden Halloween con el Día de los Muertos; sin embargo, no son lo mismo o por lo menos tiene orígenes y significados distintos.

Centrémosno en Halloween ¿De dónde viene esta celebración? ¿Celebrar esta fecha es ceder a la marea de la industria cultural y traicionar los orígenes? ¿Realmente es una fiesta para honrar al “cachúo”, los demonios y demás entes oscuros del inframundo? Vamos por partes y por fechas.



2000-1000 A.C.
ORIGEN DE SAMHAIN

Se dice que desde el siglo VIII hasta el I antes de Cristo, los celtas habitaban la zona central y occidental de Europa. Un punto en el que coinciden los grupos humanos originarios, es la visión y explicación del mundo a través de los fenómenos de la naturaleza. De allí que esta población ancestral tenía diversas festividades en las que honraban a los dioses regentes de los eventos y ciclos naturales.

Una de las celebraciones más importantes ocurría en los días que ahora ubicamos como finales de octubre, pues para los pueblos del hemisferio norte marcaba el fin de la cosecha, el inicio del frío y el invierno, el momento en el que la oscuridad sería más prolongadas. El Samhain era una gran despedida al Lugh, dios del Sol, que se hacía la noche en la que, según sus creencias, se debilitaba la barrera que separa el mundo de los vivos y los muertos, y les permitía a las almas de los difuntos regresar a este plano temporal. Por esta razón los celtas realizaban diversos rituales sagrados con ofrendas y comidas para comunicarse y homenajear a los espíritus buenos.

Pero como todo en la historia de la humanidad, lo bueno también tiene su contraparte. Para esta tribu antigua en la noche de Samhain igualmente regresaban a la dimensión de los vivos aquellos espíritus y fantasmas malignos que no tenían buenas intenciones. Es así que, para espantarlos y ahuyentarlos, encendían hogueras, se disfrazaban y se colocaban máscaras escalofriantes a fin de confundirlos. Esta es una de las explicaciones del origen de la tradición de disfrazarse durante esta época y hacerlo de forma terrorífica, tanto, que pueda espantar a un ser del más acá y más allá.

SIGLO I D.C.
ROMANA: MUNDUS PATET

La historia europea no escapa de invasiones y sometimiento de unos pueblos a otros. De acuerdo con las antropólogas venezolanas Hernández y Fuentes (2012) antes del siglo IV antes de Cristo, los romanos habían iniciado la expansión de sus dominios colonizando el territorio que actualmente ocupa Italia, para luego conformar lo que sería un gran imperio que se extendió a la Península Ibérica.


Este hecho histórico trajo consigo lo que el filósofo y escritor Néstor García Canclini (2001) describió como Hibridación cultural, que no es otra cosa que la fusión y recaracterización de estructuras socioculturales para crear prácticas, objetos y creencias con parámetros diferentes, pero con vestigios de la esencia original.


Paralelo a la creencia de los celtas, los romanos honraban el Mundus patet, que significa “mundo abierto”, un edificio de piedra en una de las construcciones más antiguas de Roma que se ubicaba en el centro de la ciudad. De acuerdo con las creencias de esta población, este sitio era el punto de conexión entre el mundo de los vivos y los muertos, por lo que tenía una gran piedra que sellaba esta suerte de “portal” y que solo era removida en tres ocasiones del año: 24 de agosto, 5 de octubre y 8 de noviembre.

Tal como al grupo que invadieron, los romanos creían que en ciertas fechas las almas de los ancestros (los manes) regresaban a la tierra para proteger a la familia y garantizarles prosperidad. Sin embargo, al abrirse este portal, debían ser cautelosos pues el inframundo podría arrastrar a los vivos y sacarlos del plano terrenal. Por esta razón, cuando el mundus estaba abierto, todas las acciones debían ser cautelosas, pues las almas de los muertos podían sentir envidia y arrastrar a su espacio “en el más allá” a quienes estimulaban sus deseos. Esta era la causa por la tradición romana prohibía desde actos oficiales hasta las prácticas sexuales y se debía hacer solo actividades que fuesen estrictamente necesarias.

Diversos artículos de National Geographic encontrados en la web, describen que este Mundus tenía gran importancia para los romanos porque lo consideraban su punto de nacimiento. La leyenda decía que este espacio lo había construido Rómulo, el fundador de la ciudad, para calmar el alma de su hermano Remo a quien había asesinado. 


Además, estaba consagrado a Ceres, la diosa de la tierra y la agricultura, por lo que la honraban con frutos como el que más se daba en la época (la calabaza o en nuestra lengua la ahuyama) para recibir sus bendiciones y evitar desastres naturales.

Los romanos llamaban a los espíritus buenos lares y clasificaba a otros de acuerdo a su grado de malignidad. Los que denominaban larvaes eran espectros que se alimentaban de la vida de los mortales; los maniae volvían locas a las personas vivas y tenían la apariencia de esqueletos, mientras que los lémures eran similares a los fantasmas y vampiros, y la causa violenta de su muerte hacía que vagaran por la tierra atormentando a los vivos.


835 D. C – HALLOWEEN

Al implantarse el dominio de la Iglesia Católica, con ella comienza entonces un proceso de imposición de celebraciones vinculadas con sus creencias. Es así como luego de siglos de persecución y guerra, el cristianismo logra avanzar, ganar adeptos y territorios, y con esto entrelazar costumbres y celebraciones.

Para el año 835 después de Cristo, el Papa Gregorio IV instaura en el Día de Todos los Santos, en homenaje a los mártires y fieles difuntos. Esta fecha originalmente se celebraba el 13 de mayo, pero luego, para contrarrestar y cristianizar las fiestas paganas, se mueve al primero de noviembre, justamente cuando se conmemoraba las fiestas de los germanos.

En Inglaterra medieval, el sinónimo de “Santo” era la palabra “hallow”, por lo que el día anterior a el primero de noviembre era nombrado como “All Hallow eve”, víspera de la fiesta de los Santos. Las culturas resistentes, utilizaban esta fecha previa para mantener sus tradiciones y creencias. Con el tiempo, la palabra evoluciona hasta lo que actualmente conocemos como Halloween.

Con la invasión europea, la disminución hasta casi la erradicación de culturas ancestrales milenarias del “Nuevo Mundo”, especialmente en el norte de la bautizada América, las costumbres, festividades y creencias de los pueblos europeos se instalaron. La inmigración masiva de irlandeses y escoceses a los Estados Unidos llevó consigo las tradiciones de Halloween.

Algunas creencias de esta festividad cambiaron con la fusión de los celtas, los romanos y los cristianos. Un ejemplo de ellos es la concepción de las brujas, quienes desde la visión cristiana siempre fueron vinculadas con el mal. 


Los romanos contrariamente las percibían como sacerdotisas que poseían los misterios de la adivinación y de la nigromancia, la magia de la muerte, por lo que tenían el poder de arrebatarle la vida a los recién nacidos. La leyenda cuenta que estas hechiceras mediaban con los espíritus malignos ofreciéndoles regalos preparados por ellas, principalmente dulces, lo que ayudaba a calmar a estas almas malvadas y dejar en paz a los vivos (dulce o trato).

Los siglos pasaron, los movimientos migratorios y la aparición de los medios de comunicación permitieron que la cultura se expandiera y se mezclara con otras. El Halloween es una expresión que demuestra como las costumbres, creencias y concepciones del mundo pueden permearse. En la actualidad esta festividad es celebrada sobre todo en aquellos países con fuerte influencia cultural anglosajona.
 
Una celebración que, sin dudas, debe verse más allá del lente castrador de lo que muestra a simple vista, pues esconde en ella siglos de historia que, aunque foránea a América Latina, surge de la curiosidad y necesidad humana por explicar lo que escapa de su limitación y comprensión racional.

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