Manuel Salvador Ramos
Desde hace ya bastante tiempo, individualidades muy representativas y organizaciones con ganado prestigio en el seno de la sociedad israelí han venido abogando por la causa palestina. Si miramos hacia atrás, el más representativo de esos llamados ocurrió en abril del año 2011, cuando unos trescientos israelíes -artistas, intelectuales, científicos- lanzaron un documento exhortando a “…todos nuestros compatriotas, miembros de la Knesset (Parlamento israelí), al Gobierno de Israel y a todos los gobiernos y ciudadanos del mundo, a unirnos para apoyar el nacimiento de un Estado Palestino basado en las fronteras de 1967, conformadas las mismas al final de la guerra de 1949 como base de negociaciones entre los dos lados". Entre los firmantes de la petición estaban los profesores Yehuda Bauer, David Tartakover, Zeev Sterhell, el ex presidente de la Academia de Ciencias Menachem Yaari y la fundadora del partido Meretz (izquierda laica) Shulamit Aloni.

En aquel ya un tanto lejano momento, Yehuda Bauer (+), quien fue profesor de estudios sobre el Holocausto en el Instituto ‘Avraham Harman de Judería Contemporánea’ de la Universidad Hebrea de Jerusalén, planteó el enfoque central del manifiesto:
“Nuestra visión está formulada desde una perspectiva sionista. "El objetivo del sionismo es la preservación de un hogar nacional con una mayoría judía sólida. Este ha sido el sueño de la izquierda, la derecha y el centro del sionismo clásico. Pero la persistencia de la ocupación trae como consecuencia la anulación del sionismo-, es decir la posibilidad de que el pueblo judío viva en su tierra con una mayoría fuerte y un reconocimiento internacional".
Catorce años después, dos importantes ONG israelíes han asumido una valiente decisión cuando han acusado directamente al Gobierno de Israel de estar cometiendo un genocidio en Gaza. Lo han hecho en dos informes demoledores en los que denuncian matanzas, la destrucción deliberada del sistema sanitario y el uso del hambre como arma de guerra.

B'Tselem, una de ellas, es una reconocida organización en la defensa de los Derechos Humanos y encabeza sus planteamiento. con un título estremecedor: 'Nuestro genocidio'. La crudeza del mismo busca reflejar, en ochenta y ocho páginas, la gravedad de los hechos que denuncian. Para ellos, Gaza no es el escenario de una respuesta militar a los ade Hamás del 7 de octubre de 2023. Es, dicen, …” la fase final de una guerra cuyo objetivo es la "aniquilación".
El informe de la otra ONG, Physicians for Human Rights Israel, conocida por sus siglas PHR, se centra en la salud y asegura que Israel ha destruido, a propósito, el sistema sanitario. Para esa organización, esa línea de guerra no es casual y forma parte de una estrategia para acabar con la población. Más de 30 de los 36 hospitales han sido destruidos y cada día mueren mas personas por desnutrición, pero dentro de ese horripilante señalamiento, el porcentaje infernal es que el 92% de los niños entre seis meses y dos años, no recibe suficiente comida y al menos 85 niños han muerto ya de hambre.
Ambas organizaciones advierten que lo peor aún puede estar por venir. No solo en Gaza, sino también en Cisjordania. Allí, la violencia, los desplazamientos forzosos y la represión se han disparado en los últimos meses. De ese cuadro dantesco culpan directamente a la comunidad internacional por mirar hacia otro lado. " Tanto la destrucción sistemática de Gaza como la violencia creciente en Cisjordania, no habrían sido posibles sin la pasividad de los gobiernos de Europa y Estados Unidos".
Pero basándonos en algo mencionado en anterior párrafo, queremos fijar la atención en un punto de mayor profundidad por contener una aseveración gravísima que constituye la mas airada acusación que se haya hecho al régimen israelí dentro de su propio marco territorial. Aludiendo un sondeo hecho por el diario 'Haaretz' en mayo pasado, B'Tselem destaca que el 82% de los israelíes judíos apoyaría expulsar a todos los palestinos de Gaza. El mensaje subyacente que trae este guarismo dibuja la intención del gobierno israelí en cuanto a construir un régimen de apartheid y a justificar el uso de la violencia sistemática, convirtiendo a los palestinos en una "amenaza existencial. He allí el terreno perfecto para que ocurra un genocidio…”
EL HOLOMODOR
El Holodomor fue una hambruna provocada entre 1932 y 1933, principalmente en la República Socialista Soviética de Ucrania.
Fue resultado de la política de colectivización forzosa impulsada por Iósif Stalin en la Unión Soviética, la cual tuvo como expresión más resaltante la confiscación masiva de alimentos y tierras a los campesinos, impidiendo que ellos pudieran alimentarse con sus propios cultivos. Se estima que murieron entre 3 y 7 millones debido a esa hambruna provocada deliberadamente.

El Holodomor es considerado un genocidio por varios países y especialistas, pues fue una política intencional del régimen soviético para eliminar la identidad nacional ucraniana, destruir sus bastiones de resistencia a la colectivización y abortar posibles movimientos independentistas.
La hambruna fue organizada para someter a Ucrania y asegurar su integración definitiva dentro de la URSS bajo la cultura soviética. Además de la confiscación de alimentos, el régimen soviético también prohibió a los campesinos salir de sus localidades para buscar alimento, ejerciendo control absoluto sobre la población afectada. Esto agravó la situación y aumentó la mortalidad..
En 1918 finalizó la Primera Guerra Mundial y la lucha de liberación nacional ucraniana terminó con la ocupación de Ucrania por los bolcheviques. Así, el 30 de diciembre de 1922, luego de la guerra civil contra los llamados Rusos Blancos, se estableció la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, el Estado que unió alrededor de cien naciones y culturas mediante la invasión y revolución.
El líder del recién creado estado soviético, Vladimir Lenin, comprendía muy bien que luego de la devastación de la guerra, el gigantesco país necesitaba pan. En la cabeza de Lenin, Ucrania, con sus tierras negras y su desarrollado sistema agrícola, fue visto como el granero que tenía que alimentar el imperio. Por eso, junto con las maravillas del comunismo ilusorio en la década de 1920, comienza también la constante escasez de alimentos y suministros. Mientras el mundo reconstruía poco a poco las ciudades destrozadas, la RSS de Ucrania, como parte de la URSS, se convirtió en rehén de un plan.
Vladimir Lenín murió en 1924 y Stalin tomó el poder luego de feroces e intensas pugnas en las cuales expulsó a sus enemigos, entre ellos, el que había sido cabeza en la Revolución de Octubre, León Trotsky. A partir de 1929, comenzó la violenta y forzosa colectivización y en abril de 1930 se aprobó la ley sobre la incautación del grano. La misma establecía la transferencia desde la cuarta hasta la tercera parte de todo el grano recolectado, pero al mismo tiempo, los precios bajaron en el mercado internacional debido a la Gran Depresión, fenómeno que como se sabe, tuvo repercusiones mundiales. Esto trajo como consecuencia que la URSS tenía que aumentar las ventas para sostener el flujo de fondos hacia su propio presupuesto, pero también para mantener su imagen ante el contexto internacional necesitaba finanzas urgentemente.
El 22 de octubre de 1932, el Politburó del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética, por la iniciativa de Stalin, aprobó la decisión de la creación de Comisiones de Emergencia para el aumento del aprovisionamiento de grano en Ucrania y el Cáucaso Norte. Se trataba de coordinar las actividades de los escuadrones que realizaban los registros en los graneros y hasta en las casas. La comisión en Ucrania fue encabezada por Molotov, quien a la postre sería un favorito de equipo de Stalin por varias décadas, dada su condición de Jefe del Departamento de Agricultura del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética. Es decir, era el responsable de la política agraria en la URSS y ello lo hace causante de la muerte de millones de ucranianos.
La resolución del Politburó del PCU “Sobre las medidas para reforzar el aprovisionamiento de grano”, del 18 de noviembre de 1932, preveía la aplicación del plan de aprovisionamiento de ese cultivo antes del 01 de enero de 1933. Se canceló por completo la emisión de anticipos en especie en todas las granjas colectivas y se exigió la devolución de todo el grano entregado a las mismas para la alimentación pública, castigando con multas en especie a las granjas que no cumplían los planes de aprovisionamiento. En realidad, confiscaron todo lo comestible que encontraban. Al mismo tiempo, los escuadrones especiales continuaron con la política de “caza de brujas” y destruyeron sistemáticamente cualquier fuente de disidencia, incluso potencial. Esto incluía arrestos y exilios a regiones remotas de la URSS.
El 01 de diciembre de 1932, el Consejo de Comisarios del Pueblo de la URSS de Ucrania prohibió la venta de patatas en los distritos y ordenó controlar las existencias de este tubérculo en las granjas colectivas. El 03 de diciembre se prohibió la venta de carne y animales en determinados distritos y desde el 06 de diciembre, en estos distritos, se instituyeron las “pizarras negras”. Los pueblos que figuraban en dichas pizarras estaban de facto condenados a muerte. Se prohibió suministrarles alimentos y también se cerró la salida de los habitantes, ya que los poblados estaban rodeados de tropas y era imposible escapar. A las familias simplemente se les encerró en sus propios hogares para ir muriendo de inanición. El período de enero a julio de 1933 fue el más duro en cuanto al número de víctimas, con un pico en junio de 1933.
El 16 de enero de 1933, el Politburó del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética aprobó el plan definitivo del aprovisionamiento de grano para Ucrania. El 22 de enero de 1933, se emitió la Directiva del Politburó del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética y del Consejo de Comisarios del Pueblo de la URSS “Sobre la prevención de las salidas masivas de campesinos hambrientos en busca de alimentos”, prohibiendo salir del territorio de la Ucrania soviética.
CIFRAS FALSEADAS: DOGMA TOTALITARIO
“La vida se ha vuelto mejor; la vida se ha vuelto más divertida…”, afirmó el camarada Stalin en el Primer Congreso Stajanovista realizado en diciembre de 1935. Si, en verdad “la vida realmente se volvió más divertida”: En 1934, el NKVD asumió el control de los departamentos del Registro Civil porque según lo órganos de dirección del PCUS “…los organismos de registro eran a menudo utilizadas por enemigos de clase (sacerdotes, kulaks, exblancos) que se infiltraron en estas organizaciones y las destinaron a producir informes contrarrevolucionarios y dañinos como registro de la muerte de las mismas personas varias veces, subregistro de nacimientos, etc.”
Esta decisión tenía sus motivos. En el mismo 1934, Stalin destacó que la población en la URSS crecía constantemente. Las estadísticas tras el último censo de 1926 deberían haber mostrado una imagen hermosa del crecimiento del imperio, la prosperidad y el deseo de su población de dar a luz a nuevos y nuevas camaradas. En cambio, las estadísticas reales mostraron lagunas en forma de millones de pérdidas de vidas entre los años 1932-1933.
La preparación del censo de 1937 fue especialmente solemne. El camarada Stalin incluso editó él mismo el cuestionario, eliminando las preguntas sobre el lugar de nacimiento y los traslados. Pero “por alguna razón” no todo salió como estaba previsto. En vez del 06 de enero, según lo planeado, el censo se realizó el 08 día y el 10 de enero, los dirigentes del organismo encargado, recibieron una nota: “Los resultados del censo de la RSS de Ucrania, según los datos preliminares, hacen que este material sea absolutamente secreto…”. Efectivamente, el camarada Stalin no podía admitir el fracaso de la celebración de la prosperidad del Estado Soviético y la escasez de varios millones de personas. Y si la festividad no se celebraba, alguien tenía que ser castigado por ello. Así sucedió. Los principales responsables de la ira de Stalin fueron inmediatamente encarcelados y desterrados a Siberia. En 1939 se planificó un nuevo censo que se convirtió en la auténtica farsa montada para ocultar la verdad.
El hecho de que las estadísticas de mortalidad fueran deliberadamente falsificadas por las autoridades soviéticas, no resulta sorprendente. Un sistema que desde su propio nacimiento silenció a millones de personas, no podía permitir ni remotamente la idea de que el mundo se enterara de los huesos que pavimentaban los caminos de la revolución proletaria.
REFERENCIAS:Informe de
B'Tselem, publicado por NGO Monitor el 28/07/2025.
Extracto del informe de
Physicians for Human Rights Israel, elaborado por la Federación Internacional de Derechos Humanos.
FRAGA, Cecilia. “Ucrania entre 1932 y 1933. Holodomor, una hambruna en discusión”. Departamento de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras. Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza, Argentina, 2013.
AMAT, Jordi. “Ucrania, la máquina de matar”. Diario EL PAÍS de fecha 27/02/22.