La elección de Neil Villamizar como primer gobernador, junto a la mayoría de representantes de la nueva entidad a la Asamblea Nacional y el Consejo Regional Legislativo del Estado Esequibo, con la protesta del gobierno de Guyana, CARICOM, Estados Unidos y otros países incluso de Ucrania y la Corte Internacional de Justicia, representa un paso de avance en la estrategia venezolana de paz frente a las amenazas y provocaciones bélicas de Georgetown y la poderosa petrolera Exxon-Móbil que opera en la zona en conflicto.

La reclamación venezolana por el despojo de dos terceras partes de su territorio en el laudo arbitral en 1899, ha tenido prioridad a lo largo a los años en la gestión diplomática de todos los gobiernos venezolanos hasta la firma del Acuerdo de Ginebra de 1966 y las posteriores gestiones negociadoras confiadas al secretario general de la ONU interrumpidas unilateralmente por el gobierno guyanés en 2018, tras el descubrimiento de significativas reservas petrolíficas por la Exxon-Móbil con el apoyo del Comando Sur de Estados Unidos, y con la decisión además de remitir el reclamo a la CIJ de La Haya, la cual desconoce Venezuela.

En respuesta a la elección del gobernador Villamizar, el mandatario guyanés Irfaan Alí declaró (como si se tratara de una operación militar) que “la Fuerza de Defensa guyanesa está preparada para defender cada pulgada del territorio de la nación”; y el vicepresidente Bharrat Jagdeo comentó que “nadie quiere ser parte de Venezuela este es un territorio soberano guyanés”.