Miguel Jorge
De un tiempo a esta parte Japón ha estado viviendo
un boom de llegadas del extranjero. No hablamos solo de turistas, ya que un porcentaje de la gente que llega lo hace con las maletas para quedarse. De hecho, una nación sobresale en estas estadísticas. Los chinos están
viajando en masa para no regresar debido a las oportunidades económicas y los propios desafíos sociopolíticos. Por eso también, muchos jóvenes se están apuntando a la universidad a estudiar arte.
ARTE COMO VÍA PARA LA RESIDENCIA
Este incremento está transformando no solo la estructura demográfica, sino también la cultura, el estilo de vida y los sistemas educativos en
muchas ciudades japonesas. Y dentro de este fenómeno, un grupo ha cobrado particular relevancia: los
estudiantes chinos de arte, quienes ven en las universidades japonesas una oportunidad para establecerse de manera permanente en el país.
EL CASO DE LI YALIN
Lo contaba Nikkei el fin de semana con un ejemplo. Li Yalin, una joven de 28 años, refleja la tendencia. Tras obtener su licenciatura en China, se trasladó a Japón en 2019 para estudiar japonés en una escuela de idiomas en Tokio. Sin embargo, la pandemia la obligó a regresar a su país. Determinada a volver, aprobó el examen de ingreso de la Universidad de Artes de Kioto de manera remota y hoy reside en Japón, especializándose en
diseño de personajes para videojuegos.
Criada en una familia de clase media en Guangzhou, Li creció inmersa en la cultura japonesa, especialmente a través de videojuegos como Pokémon. Ahora ha conseguido trabajo en una empresa de videojuegos en Tokio, donde comenzará a trabajar esta primavera. Con apenas unos años en el país, ya está evaluando su camino hacia
la residencia permanente.
FENÓMENO CRECIENTE
El número de estudiantes chinos en las principales universidades de arte de Japón
ha aumentado exponencialmente. El
estudio de Nikkei revelaba que actualmente hay 245 estudiantes chinos en la Universidad de Artes de Tokio, 462 en la Universidad de Arte de Musashino, 448 en la Universidad de Arte de Tama, 692 en la Universidad de Artes de Kioto y 823 en la Universidad de Kioto Seika.
En total, los estudiantes chinos representan
el 70% de los alumnos internacionales en estas universidades, lo que refleja un claro patrón migratorio que vincula la educación con la residencia a largo plazo.
PUNTO DE INFLEXIÓN DE 2017
Contaba el medio en su análisis que el fenómeno
tomó fuerza en 2017, cuando el gobierno japonés
relajó los requisitos para obtener la residencia permanente. La medida fue especialmente beneficiosa para los estudiantes internacionales, permitiéndoles solicitar la residencia en tan solo uno a tres años, en lugar de los cinco requeridos anteriormente.
No solo eso. La política se enmarca dentro de la
iniciativa "Cool Japan", que busca impulsar la industria cultural japonesa, como el anime, el diseño y los videojuegos. Como resultado, se han implementado facilidades en la obtención de visas de trabajo para extranjeros en estos sectores, lo que ha convertido a las carreras en animación, diseño y videojuegos en accesos rápidos a la residencia permanente.
CÓMO OBTIENER LA RESIDENCIA
Al parecer, Japón evalúa a los solicitantes de residencia a través de un sistema de puntos que toma en cuenta el nivel académico, la experiencia laboral, los ingresos anuales, la edad o el dominio del idioma japonés. Aquellos que alcanzan 70 puntos son clasificados como "profesionales altamente cualificados", mientras que quienes superan los 80 puntos pueden solicitar residencia permanente en solo un año.
Ren Junying, de 30 años, es
otro ejemplo exitoso. Originaria de Hebei, completó un doctorado en la Universidad de Artes de Tokio y ahora trabaja como diseñadora de joyas en la capital nipona. A pesar de llevar menos de un año en el mercado laboral, ha alcanzado 90 puntos en el sistema de evaluación, lo que le permitirá obtener la residencia en breve.
MIGRACIÓN CHINA Y ESTRUCTURA LABORAL
Japón cuenta con un sistema único de contratación masiva de recién graduados, lo que facilita a los estudiantes internacionales encontrar empleo de manera más eficiente que en otros países desarrollados como Estados Unidos o Europa. Como resultado, el número de chinos con residencia permanente en Japón ha crecido un 40% desde 2017, alcanzando
330.000 en junio de 2024.No solo eso. La residencia permanente también
beneficia a los cónyuges, quienes pueden obtener visas de trabajo sin restricciones. En los últimos años, la cantidad de personas bajo esta categoría ha aumentado significativamente, fortaleciendo aún más la comunidad china en Japón.
UNIVERSIDADES COMO TRAMPOLÍN “MIGRANTE”
Explicaba Nikkei casos como el de la Academia Coach, una escuela preparatoria para estudiantes chinos en Shinjuku, Tokio, ha visto un aumento en la inscripción de jóvenes que buscan entrar a universidades japonesas de arte. Yang Kailin, de 25 años, llegó a Japón en abril de 2023 para prepararse para un posgrado en una universidad de arte. “Mi meta es trabajar para una empresa de juguetes japonesa y, si es posible, obtener la residencia permanente”,
aseguraba al medio.
La escuela introdujo un curso de arte en 2015 con apenas 10 alumnos chinos. Hoy, la cifra
ha superado los 200. Plus: ha surgido un nuevo fenómeno. Los padres chinos son quienes impulsan la migración de sus hijos a Japón. A este respecto, un empleado de una academia preparatoria señalaba al medio que cada vez veía “más entusiasmo por estudiar arte en Japón por parte de los padres, más que de los propios estudiantes". ¿La razón? Si un estudiante obtiene la residencia permanente en Japón como profesional altamente calificado,
sus padres también pueden beneficiarse de una posible migración.
MIGRACIÓN CHINA SE EXPANDE
Lo
contábamos hace poco. El atractivo de Japón como destino de migración no se limita a las universidades de arte. En un contexto donde la economía china muestra signos de estancamiento y desempleo en aumento, muchos jóvenes buscan
alternativas en el extranjero.De hecho, el crecimiento de la comunidad china en Japón está transformando la estructura social del país, donde la combinación de políticas migratorias flexibles, acceso laboral y un alto nivel de vida han convertido a la nación en un destino atractivo para quienes buscan estabilidad fuera de China.