La Inteligencia Artificial (IA) ya no es ciencia ficción, es parte de nuestro día a día. Desde asistentes virtuales hasta herramientas de traducción, la IA está presente en muchas de las actividades que realizamos. Modelos de lenguaje como ChatGPT y Gemini nos permiten conversar con la IA de forma natural, obteniendo respuestas y soluciones a nuestras preguntas. La IA está transformando la forma en que nos comunicamos, trabajamos y aprendemos, y su potencial es aún mayor.
ChatGPT, Gemini y otras herramientas similares son solo una pequeña categoría de la IA, basada en Modelos Extensos del Lenguaje (o Large Language Models en inglés) para crear una IA generativa. Estos modelos se enfocan en entrenar la IA en grandes cantidades de datos que contienen lenguaje humano (conocido como lenguaje natural en la informática). Como las máquinas no entienden nuestro lenguaje, la traducción se logra a través de herramientas de procesamiento y comprensión del lenguaje natural. Esto permite que dichas herramientas se centren en entender las preguntas que les hacemos, usando lo que “aprendieron” con las inmensas bases de datos con las que fueron entrenadas, y así reconocer y responder la mejor respuesta mediante probabilidades.
Si bien la IA generativa es la más conocida, la inteligencia artificial continúa revolucionando distintas dimensiones de la vida humana. Su impacto en la medicina, por ejemplo, es igualmente transformador. Modelos de Machine Learning, entrenados con vastas cantidades de datos médicos, están revolucionando el diagnóstico y tratamiento de enfermedades. IBM, por ejemplo, ha desarrollado un modelo capaz de predecir complicaciones en bebés prematuros con un 75% de precisión, lo que permite a los médicos tomar decisiones más informadas. Además, la IA se puede utilizar para analizar imágenes médicas, como radiografías, y detectar anomalías con una precisión similar a la de un radiólogo, lo que agilizaría los diagnósticos y reduciría la carga de trabajo de los profesionales de la salud.
Volviendo a la IA generativa, ésta no se limita a producir textos coherentes, sino que también está revolucionando la creación de contenido audiovisual. En el ámbito de las imágenes, la IA se ha convertido en una herramienta invaluable para diseñadores y artistas, facilitando la creación de logotipos, ilustraciones y material visual para presentaciones. Asimismo, en la industria musical, la IA está permitiendo la creación de canciones con voces de artistas reconocidos, abriendo un abanico de posibilidades creativas y desafiando los límites de la producción musical. Por otra parte, La capacidad de generar imágenes y música de alta calidad plantea interrogantes éticos sobre la propiedad intelectual y los derechos de autor. ¿Quién es el creador de una obra generada por IA? ¿Cómo protegemos los derechos de los artistas cuyas voces son utilizadas para crear canciones nuevas? Estas son algunas de las preguntas que apenas se empiezan a asomar a medida que la IA generativa se vuelve más común en nuestra sociedad.
Los avances actuales en las tecnologías de sensores de todo tipo, para reconocimiento visual, reconocimiento de audio, síntesis de voz, entre otros, hace que se pueda pensar en soluciones verdaderamente impactantes a las que la IA aportaría extraordinario valor. Así tenemos vehículos que se manejan solos, equipos portátiles, del tamaño de un teléfono celular. que son capaces de traducir conversaciones simultáneas en prácticamente todos los idiomas, motores de búsqueda en los navegadores usando una imagen, todos ellos avances que hoy ya no nos impresionan.
Por otra parte, como para ir conformando una tormenta perfecta, los avances en tecnologías de sensores y la Inteligencia Artificial (IA) están convergiendo para crear soluciones que transforman nuestra vida cotidiana de maneras que antes parecían ciencia ficción. La combinación de sensores avanzados (radares, cámaras, lidar) y algoritmos de IA permite que los vehículos se manejen solos; unos dispositivos del tamaño de un celular, con procesamiento de lenguaje natural y síntesis de voz son capaces de traducir conversaciones en tiempo real, entre cualquier lenguaje; la posibilidad de realizar búsquedas en nuestros navegadores de todos los días usando imágenes en lugar de texto es una realidad gracias a la IA.
Cuando hablamos de la creatividad y la IA suelen surgir preocupaciones sobre como su implementación acabará con la originalidad y el arte. La verdad es que al entender como funcionan estos modelos, basados completamente en matemáticas y estadísticas de información ya proporcionada, empezamos a comprender que, por el momento, esto no es posible; los modelos actuales de IA no son capaces de producir ideas originales y nuevas como lo puede hacer un humano.
Es comprensible que la creciente capacidad de la IA para automatizar tareas genere preocupación sobre el futuro del trabajo. A veces se cree que muchas empresas preferirán optar por sistemas automatizados en vez de pagar a un empleado que haga el mismo trabajo. Sin embargo, creo que es importante evitar el alarmismo y ver en la IA no una fuerza destructiva que eliminará empleos masivamente, sino, más bien, que transformará la forma en que trabajamos y nos relacionamos con la tecnología, y que es crucial que nos adaptemos a estos cambios de manera proactiva, para hacerla en una herramienta. Una herramienta verdaderamente poderosa.
Creemos que la IA es un campo con un potencial inmenso y un futuro prometedor. A pesar de los avances significativos que hemos visto en los últimos años, todavía hay mucho por explorar y descubrir. Si bien ya estamos viendo algunos de los efectos de la IA en nuestra vida diaria, es difícil predecir cómo nos afectará a largo plazo. Es importante seguir de cerca el impacto de la IA en diferentes áreas, como el trabajo, la educación, la salud y la comunicación, para poder prepararnos para el futuro.
La IA plantea una serie de cuestiones éticas importantes que debemos abordar. Por ejemplo, ¿cómo podemos asegurarnos de que la IA se utilice de manera justa y equitativa? ¿Cómo podemos proteger la privacidad de las personas en un mundo donde la IA recopila y analiza grandes cantidades de datos? ¿Cómo podemos evitar que la IA se utilice para fines maliciosos? Es fundamental que la sociedad participe activamente, junto con los expertos y los responsables políticos. para establecer principios éticos claros y garantizar que la IA se utilice de manera responsable.
Para aprovechar al máximo el potencial de la IA, es fundamental que las personas estén preparadas para trabajar y convivir con ella. Esto significa que tenemos que educarnos y formarnos para desarrollar las habilidades necesarias para aprovecha todo ese nuevo potencial.
Esta columna explorará el fascinante mundo de la Inteligencia Artificial (IA). Esta columna es tu espacio para aprender, preguntar y descubrir esta tecnología transformadora. Juntos, descubriremos cómo la IA está impactando nuestras vidas y cómo podemos tomarle confianza y comenzar a aprovechar la herramienta más poderosa que nos ha traído la tecnología en los últimos 100 años.