Hay que Hablar de esos Momentos Difíciles…
Finanzas Con Clase
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A finales del año pasado -me ha sucedido en varias ocasiones en mi carrera- me tocó sentarme a conversar de asuntos financieros y bancarios con la viuda y los hijos de un amigo recién fallecido.

Inmediatamente después de afrontar los terribles momentos del velorio y el entierro, esta señora pisando sus setenta años, empezó a recibir notificaciones de cobro sobre deudas contraídas por su difunto esposo.

La familia había logrado generar un patrimonio importante pero, en el núcleo familiar no había experiencia en como gestionarlo. No exagero si les afirmo que la única gestión bancaria conocida entre los hijos era el uso de la tarjeta de crédito.

Como asesor financiero independiente, sé que a veces hay que tocar temas difíciles con nuestros clientes. A nadie le gusta hablar de los problemas ni mucho menos de la muerte; pero resulta que es un tema crucial para tratar, ya que de esas conversaciones desagradables pero profundas, se generarán acciones y tareas de planificación y prevención que les ahorraran malos ratos a la familia llegado el momento preciso.

En nuestras familias latinas y también en las españolas, “…las finanzas de la casa las lleva mi marido…”; el patriarca que generalmente ha producido y aun gestiona el patrimonio. Es su mecanismo de control familiar y a veces es también la manera de asegurar su preservación.

No obstante, a pesar de esta figura patriarcal bien marcada, yo generalmente exhorto e influyo en mis clientes para gradualmente ir abriendo ese círculo de control e ir involucrando a la esposa y a los hijos en el manejo de ciertos asuntos bancarios y financieros. Se debe hablar de escenarios, prever realidades familiares como enfermedades o incapacidades existentes, familiares políticos que pudieran llegar a ser conflictivos, anticipar pleitos viejos o cabos sueltos, etc. hasta llegar a generar un punto donde se logra efectividad en las decisiones coyunturales.

La conversación debe ampliarse, si es necesario con la ayuda profesional del asesor financiero y el abogado de la familia, hacia la descripción general de los activos y pasivos que conforman el patrimonio familiar; las entidades bancarias y financieras que interactúan con ese patrimonio y que le brindan servicio; las jurisdicciones donde se ubican los bienes y hasta las coberturas de seguro que han sido contratadas precisamente para que respondan en los momentos difíciles. Hay que saber como activar estas coberturas oportunamente.

El nivel de apertura dependerá obviamente de cada circunstancia familiar y del volumen patrimonial que se gestione. Hay herramientas jurídicas incluso para planificar todas estas situaciones y asegurar la transferencia sucesoral de bienes de forma expedita y transparente. Pero incluso en estos altos niveles, a veces falta la información esencial para tener acceso a las estructuras y mecanismos creados oportunamente. El no haberlas conversado sosegadamente en familia no ayuda incluso en las operaciones automáticas que se disparan al momento del fallecimiento.

Conozco de casos donde las entidades bancarias y legales que eran manejadoras de los fideicomisos creados para manejar situaciones sucesorales, tuvieron muchos problemas para conectar siquiera con los distintos miembros de la familia ya que jamás se había hablado de la existencia de este fideicomiso.

Lamentablemente en muchas ocasiones, al haber un fallecimiento repentino se generan situaciones de extrema tensión familiar y se desatan a veces ambiciones y pretensiones que ponen el riesgo incluso la integridad del núcleo familiar. No voy a abrumarte con estos escenarios tan complejos, pero quiero que comprendas que este asunto es algo que no debes dejar para después.

Mi consejo para ti que me lees, es que el tema financiero debe dejar de ser un tabú, para convertirse en un impostergable tema de conversación familiar, que debe ser tratado abierta pero racionalmente en el seno de la familia. Se deben propiciar momentos y lugares especiales para esta tarea tan delicada; pueden hacerse acompañar de expertos para que faciliten las sesiones.

Al final, se busca que todos los miembros de la familia accedan de forma segura y eficiente a las piezas de información necesarias y previstas, que les permitirá tener margen de maniobra suficiente como grupo familiar a la hora de afrontar los momentos difíciles.