Ana María Ascanio, solidaridad a la orden de la ingeniería
La gerente de mercadeo de Toyota lleva más de 18 años en el sector automotor. La honestidad y la disciplina son cualidades que han formado parte de su vida; asumiendo el liderazgo en un mundo de hombres y un país de oportunidades
Por: Con Clase
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La carrera de Ana María Ascanio en el sector automotor comenzó hace más de 18 años con una propuesta de trabajo. Una amiga le habló de la vacante de asistente administrativo en Toyota Venezuela y ha ido escalando hasta convertirse en la gerente de mercadeo de una de las empresas más prestigiosas del sector automotriz.
Esta ingeniera industrial, graduada de la UCAB, asegura que, desde que era muy pequeña siempre quiso ser ingeniero. Casi alcanza las dos décadas de trabajo, y su formación incluye títulos como un Diplomado en Marketing Digital y un Máster en Ingeniería Gerencial.

¿Por qué escoge la ingeniería Industrial?
En gran parte fue resultado de la influencia de mi madre, quien siempre promovió esta vocación. Cuando llegó el momento de ir a la universidad, me sentí atraída por esta rama, dada la amplitud en la aplicación que tenía la cual, desde una visión gerencial, da herramientas para conocer, entender y gestionar los procesos organizacionales y productivos.

Ser una líder en una industria netamente dominada por hombres es algo que disfruta al máximo, pero que también puede ser retador. Para Ascanio, no se trata de un tema de fuerzas, sino de complementos. “La clave ha sido sacarle provecho a habilidades principalmente más presentes en las mujeres, como la empatía y la inteligencia emocional para trabajar en equipos con el mejor ambiente laboral”.

El valor de la disciplina
Ana María Ascanio formó parte durante diez años del Sistema de Orquestas de Venezuela como violinista; una época de su vida que no solo le permitió cosechar grandes amistades, sino la formación disciplinaria que ha aplicado a su vida desde entonces. Una etapa muy satisfactoria que le permitió ver cómo la música se convertía en el maestro que formó, no solo a ella sino a sus compañeros de orquestas. “De esta época tengo grandes amistades que con el tiempo se han convertido en familia, así como anécdotas y vivencias que fueron moldeando en gran parte el carácter que hoy en día tengo”, aseguró.

Más allá de su vida profesional, ¿Cuáles son sus pasatiempos?
–La verdad es que mi trabajo es algo que disfruto muchísimo, pero más allá de eso me gusta pasar tiempo con mi familia y amigos. Otras de mis grandes pasiones, son viajar y el buen comer.

Honestidad y Solidaridad
Para ella, las cualidades más importantes en un ser humano son la solidaridad, la honestidad y el optimismo. Considera que la vida es la combinación de todas estas características, más que el predominio de una de ellas.

Una de las experiencias que más ha marcado su vida fue su trabajo como voluntaria en unas jornadas de cirugía de labio leporino en Cumaná, estado Sucre: “Los pacientes eran niños de muy bajos recursos y con condiciones familiares y de vida tan precarias, no sólo económicas, sino familiares, de educación e incluso de valores. Ha sido de los contrastes más fuertes para dejar evidencia cómo la realidad puede ser tan diferente para cada individuo y con esto apreciar lo que se tiene”.

¿Cuál es la motivación para emprender en Venezuela?
–Venezuela sigue siendo un país que ofrece muchas oportunidades, además del arraigo y el amor por la tierra donde nacimos es un vínculo muy fuerte. Venezuela me ha dado las oportunidades para ser lo que hoy en día soy, tanto profesional como personalmente.