Estilo en Plenitud
Durante casi una década, la querida presentadora venezolana estuvo alejada de las pantallas de señal abierta en nuestro país. Regresó triunfal para animar la edición 70 del certamen de belleza más importante de Venezuela y estas fueron sus impresiones
Por: Con Clase
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Maite Delgado

Por Yolanda Manrique 
Fotografía: Gerardo Briceño 
Agradecimientos: Luis Bascaran

Hace algunos años, Maite Delgado, su esposo Alfonso González Mora y sus dos hijos, Alfonso Fernando y Santiago, fijaron residencia en la cercana isla de Aruba. Cabría suponer que eso alejó a la animadora y actriz de los focos del espectáculo nacional, pero nada más lejos de la realidad. Una exitosa carrera —que en pocos años sumará cuatro décadas— es un aval suficiente para mantenerse en el recuerdo y cariño de su público. Su grito de guerra: “¡Buenas noches, Poliedro!” es la muestra indiscutible de que está en el corazón de los venezolanos.

Su trabajo es reconocido en Estados Unidos, España y por supuesto, toda América Latina. Su vida profesional se inicia gracias a su destacada actuación en el Miss Venezuela 1986, donde logra la banda de Miss Fotogenia, y alcanza la presea de tercera finalista, lo que a su vez le permite viajar a Santo Domingo, República Dominicana, para conquistar el título de Miss Turismo Internacional, de ese mismo año.

Su debut como presentadora y animadora de televisión fue en el programa pionero de los espacios matutinos de variedades que hoy llenan nuestros canales, Complicidades, en Venevisión, una transmisión en la que compartió pantalla con personalidades como Eva Gutiérrez, Viviana Gibelli, Raquel Lares y Carmen María Montiel.

La década de los 90 fue la temporada de programas como Giros TV y Maite, donde tuvo la oportunidad de entrevistar a Juan Gabriel, Luis Miguel, Thalía, Ricky Martin, Shakira, Chayanne, Gilberto Santa Rosa, Elvis Crespo, Ricardo Montaner, entre otros.

Durante el siglo XXI, ha afirmado su temperamento inquieto y osado, que le ha permitido afianzar su popularidad como figura icónica de nuestra televisión. Desde 1997 a 2012, Maite fue la presentadora oficial del certamen Miss Venezuela, donde siempre hizo gala de su clase, elegancia y sobriedad. Por ello, la noticia de que volvería al Poliedro de Caracas para celebrar el 70 Aniversario del concurso que ha catapultado a nuestro país a la fama de contar con las mujeres más bellas del planeta, fue recibida con verdadero entusiasmo y expectativa.

Durante un breve tiempo de su carrera, incursionó en el mundo de la actuación en la comedia “¡Qué Chicas!”, sitcom pionero en la televisión venezolana, transmitido por Venevisión

Casi ocho años después, regresa al Poliedro de Caracas como presentadora del magno evento de la belleza. ¿Qué diría que se mantiene y qué ha cambiado en ese escenario?
—Se mantiene la esencia de lo que es “El Certamen de Belleza más importante de América”. Como todo, ha ido adaptándose a los nuevos tiempos. Con mejores etapas que otras, altibajos que tienen que ver con situación país o pandemia, seguimos teniendo abierta esa ventana que nos reúne frente al televisor para elegir todos los años a nuestra nueva reina y eso se agradece.

De los 70 años del Miss Venezuela, usted ha formado parte de su historia, 36. ¿Cómo siente que ha evolucionado su carrera tan estrechamente relacionada con el certamen?
—Asumí la conducción del certamen en el 97. Alicia Machado entregaba su corona a Veruzca Ramírez, pero en realidad es un escenario que está en mi vida desde el año 86 cuando fui Miss Anzoátegui en aquella edición memorable y repleta de maravillosas mujeres. No podía yo imaginar, en esos años, que el Miss Venezuela no sería en mi carrera solo “Una noche tan linda…” Serían, a partir de allí, miles de noches llenas de valioso aprendizaje en lo personal y profesional.

De ser contemporánea con muchas participantes a ser la figura icónica del concurso ¿Cuál es su percepción de las jóvenes que participan actualmente? Por ejemplo, ¿mantienen la disciplina y el rigor de las preparaciones?
—¡Claro que sí! En esto de los concursos de belleza no se llega a ninguna parte sin disciplina, organización, trabajo duro, enfoque y claridad en las metas propuestas.

¿Cómo define su experiencia en la televisión hispana de Estados Unidos?
—Fue una etapa maravillosa de la que estoy muy orgullosa por muchas razones, sobre todo porque pudimos llegar a ella con talento venezolano. Siempre cuento que lo más bonito de esa experiencia es que llegamos de costa a costa en los Estados Unidos, con un programa totalmente Hecho en Venezuela. No sé si todo el mundo lo sabe, pero yo cuento siempre con mucho orgullo que la cadena Univisión poco, casi nunca, trasmite programas que no hagan ellos directamente, tienen estrictos códigos de calidad. Maite Internacional se hacía totalmente en VENEZUELAAAA y ellos siempre estuvieron muy complacidos con nuestro nivel.

Háblenos de su Menina en Madrid. ¿Cómo se sintió al verse reflejada en esa obra?
—¡Imagínate! Mi Menina, Aplausos, fue el regalo más bonito que me hizo el gran artista Antonio Azzato. Mi emoción, más que por un tema de ego, es por verla en las calles de Madrid convertida en un símbolo de nuestra venezolanidad y punto de encuentro para los venezolanos de bien. Y para ponerle la guinda al pastel ahora pueden verla también en exhibición permanente en el museo Velázquez Tech.

Las redes sociales y las plataformas digitales le han proporcionado un escenario confiable y con una enorme proyección.

¿Cuáles son sus planes para consolidar sus cuentas y canales? ¿Qué es lo que más disfruta de esas herramientas?
—Creo que la magia de las redes sociales está en su condición de ser orgánico y natural, mostrar lo que quieras mostrar ¡sin tanto plan! Me encanta la conexión inmediata que podemos hacer a través de ellas y darle valor al cariño que se va transformando en casi una relación familiar. Las redes sociales me han permitido una cercanía maravillosa con la gente que me quiere y quiero. Hoy, gracias a las redes sociales, siento que soy fan de mis fans.

Entendemos que disfrutaba de la actuación, ¿Qué la alejó de ese camino?
—La verdad es que nunca vi la actuación como algo serio para mí. Era malísima, pero sin duda lo disfruté mucho y me regaló el privilegio de poder compartir escena y aprender con los primeros actores de la época. El haber coqueteado con la actuación me dejó también hermosas memorias y bonitos recuerdos.

¿Qué entrevistas ha sentido que han marcado su carrera?
—No puedo ni calcular cuántas entrevistas hice y sigo haciendo. Y lo más bonito fue que pude sentarme con las grandes celebridades del momento y también con la gente, profesionales, amas de casa, adolescentes, artistas plásticos, con todo el que tenía algo que ofrecer y compartir. Imposible definir cuáles fueron más valiosas, todas me marcaron de algún modo, pero sin duda si hablamos de celebridades, capítulo especialísimo fueron la Gran Celia Cruz y mi amado Juan Gabriel.

¿Cuáles han sido las personalidades que más influencia han ejercido en su vida?
—Difícil pregunta porque son muchas, en lo profesional, en lo personal. En mi evolución como persona, como ciudadana son muchas las personas que han influido, empezando, por supuesto, por mis padres, mi familia y mis amigos cercanos. Es una suerte y un privilegio tener cerca gente valiosa, gente que inspira.

¿Cómo ha sido el apoyo de su familia en estos años de tantos viajes y radicados fuera del país?
—Vengo de una familia muy unida, aún en las distancias, siempre estamos en comunicación y el apoyo que nos damos los unos a los otros es total.

¿Sus hijos sienten inclinación por el mundo del espectáculo?
—No pareciera, aunque uno nunca sabe.

¿El regreso al Miss Venezuela es el punto de partida de una nueva etapa en Venevisión?
—Esta presentación se debió a la celebración de sus 70 años y eso solo ocurre una vez.

Durante años, usted ha sido embajadora, representante e imagen de muchas marcas y empresas ¿Cuál ha sido su criterio para seleccionarlas?
—En realidad, es la marca la que te selecciona y contacta porque supongo que verán similitudes en los valores y en la forma como llevo adelante mi vida y mi carrera. Allí comienza un proceso de conquista entre mi nombre como marca y el producto en cuestión. Para mí, lo más importante es que sea un producto que cumple con lo que promete, que me guste, que yo lo consuma en mi cotidianidad y que sea bueno para la familia.

Se ha confesado coqueta y un poco vanidosa, en el buen sentido de la palabra, ¿Cuáles son sus secretos de belleza? ¿Quiénes le han proporcionado las mejores soluciones estéticas?
—Coqueta, sí… ¿Vanidosa? No creo… más bien, segura de mí y agradecida con lo que Dios me dio, sobre todo a esta edad en la que ya no te importan algunas pequeñas cosas y te sientes cada vez mejor en ti. Soy de cuidarme con lo básico: protector, humectantes… y una vez al año me pongo al día con los tratamientos NO INVASIVOS que existen en el mercado y que pueden ayudar a envejecer con dignidad.

Coméntenos sobre su visión de la moda y quiénes son sus diseñadores favoritos.
—Tengo la suerte de que mis diseñadores favoritos son, también, mis buenos amigos. Cuando me invitaron al Miss Venezuela no dudé en llamarlos. Ángel Sánchez, Gionni Straccia y Hugo Espuma son mi trío ganador.

De no haber elegido el camino de la animación y el espectáculo ¿A qué le habría gustado dedicarse?
—Siempre tuve claro que lo mío era la conducción y las entrevistas y me enfoqué en transitar por ese camino para evolucionar en una sola dirección.