domingo, 2 de noviembre de 2025
Opinión
Del control al entendimiento: cómo la criminología ayuda a construir culturas corporativas éticas
La evolución del compliance moderno pasa por comprender al ser humano dentro de la organización
19 de octubre, 2025
Por: AZA Revista
Durante años, el compliance corporativo fue concebido como un sistema de control: normas, manuales y protocolos diseñados para evitar sanciones y cumplir con la ley. Sin embargo, la experiencia ha demostrado que la mera existencia de reglas no garantiza comportamientos éticos. En muchas organizaciones, los mecanismos de cumplimiento fallan no por falta de estructura, sino por falta de comprensión del por qué las personas infringen las normas.

Es aquí donde la criminología —tradicionalmente asociada al estudio del delito en contextos sociales— ofrece una perspectiva innovadora. Aplicada al entorno corporativo, permite entender las causas y contextos del incumplimiento, y convertir el compliance en una herramienta de transformación cultural más que en un instrumento de vigilancia.

La criminología corporativa no se limita a analizar el delito económico o empresarial, sino que estudia los factores que influyen en la toma de decisiones dentro de las organizaciones: la presión por resultados, los incentivos inadecuados, las estructuras jerárquicas rígidas o los entornos de impunidad que normalizan conductas desviadas. Comprender estas dinámicas es esencial para prevenir el riesgo antes de que se materialice.

Mientras el compliance tradicional responde a la pregunta “¿qué debemos evitar?”, la criminología aplicada pregunta “¿por qué ocurre lo que queremos evitar?”.
 Esa diferencia de enfoque transforma la gestión del riesgo en una práctica más humana, estratégica y sostenible.
Al integrar ambas disciplinas, el modelo de cumplimiento adquiere una dimensión más profunda.

Análisis del comportamiento organizacional

La criminología ayuda a identificar patrones de conducta, factores psicológicos y dinámicas grupales que pueden propiciar decisiones contrarias a la ética.

Prevención desde la cultura: el riesgo no se reduce solo con controles, sino con una cultura interna que premie la transparencia y la responsabilidad.

Diseño de incentivos positivos: entender las motivaciones humanas permite sustituir la lógica del miedo por la del propósito compartido.

Gestión empática del error: el enfoque criminológico invita a diferenciar entre el fraude intencional y el error producto de debilidad estructural o falta de formación.

En las organizaciones más avanzadas, el compliance ya no se percibe como una oficina que “prohíbe”, sino como un sistema que comprende, educa y acompaña. Los programas más eficaces combinan auditorías y códigos de conducta con espacios de diálogo ético, análisis de dilemas y formación emocional de los equipos directivos.
La criminología aporta, además, una herramienta esencial para el liderazgo: la empatía informada. Comprender cómo se originan las conductas desviadas —y no solo castigarlas— permite diseñar entornos donde las personas elijan hacer lo correcto, incluso cuando nadie las observa.

La convergencia entre criminología y compliance representa una evolución en la forma de gestionar la integridad empresarial. Ya no se trata de controlar desde la desconfianza, sino de comprender para construir confianza.
Las organizaciones que integran el análisis criminológico en su modelo de cumplimiento descubren que la ética no se impone: se cultiva. Y cuando la ética se convierte en parte del ADN corporativo, el cumplimiento deja de ser una carga para convertirse en una ventaja competitiva sostenible.

En un entorno empresarial global donde la reputación es tan valiosa como el capital, la comprensión profunda del comportamiento humano se consolida como la forma más inteligente —y humana— de prevenir riesgos.
Ver en Instagram

Revista AZA (@ Revista AZA ) • Instagram photos and videos

Síguenos
Conéctate con nosotros en cualquiera de estas redes sociales