La economía global ha dado un gran salto por el uso intensivo de la tecnología, produciendo cambios trascendentales en nuestras relaciones sociales.
Educación financiera para comprender y usar las criptomonedas en la economía digital
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Sección: Visión Económica

Como ciencia, la economía es definida como el conjunto de esfuerzos orientados al estudio de las relaciones sociales y producción de las personas, en un periodo determinado, dados los factores de producción y la tecnología. Todo lo anterior tiene un gran fin: satisfacer las necesidades de la sociedad, con recursos escasos y con criterios de eficiencia.

Esta definición, adaptable a diferentes estadios temporales, va mutando en la medida en que las necesidades de la sociedad también lo hacen.

En función de lo anterior, resulta innegable que, desde tiempos remotos, las necesidades son el punto de ignición y motor de lo económico en nuestra sociedad. La carencia de lo esencial para la vida ha movido el interés y deseo humano a lo largo del tiempo.

Es por esta razón que el hombre, en su tránsito evolutivo, ha requerido de múltiples herramientas para transformar su entorno y apropiárselo. Ha incidido en él y viceversa, en un inagotable juego de dependencia donde la experimentación, la información, el conocimiento y su aplicación se han vuelto claves para su supervivencia.

En este orden de ideas, el uso intensivo de la tecnología por nuestras sociedades ha provocado un quiebre en la transformación y avance de la revolución industrial –que no se ha detenido, ha mutado–. En el Foro Económico Mundial de Davos 2016 se reconoció que nos encontramos en tiempos de la “4.ª revolución industrial”.


 La “transformación digital empresarial” está sucediendo en aquellas organizaciones que piensan, aprenden y cambian

En definitiva, la ciencia, el conocimiento aplicado y la tecnología digital están cambiando —de forma permanente— la manera como nos relacionamos en los mercados.

La impronta de la 4.ª revolución industrial se ha hecho presente en casi todas las actividades de nuestra sociedad moderna. Ha pasado por la comunicación, las relaciones sociales, el comercio y los servicios. Ha alcanzando impensables avances, como la impresión 3D de prótesis médicas y el desarrollo de implantes neuronales para corregir afecciones cerebrales.

En este sentido, la economía global ha dado un gran salto por el uso intensivo de la tecnología, derivando en cambios trascendentales en nuestras relaciones sociales. Esto se pone de manifiesto en el e-commerce, el bitcóin, la blockchain y las e-wallets, donde el comercio y los servicios, así como la actividad financiera, están mutando al fintech (financial technology), en el desarrollo de las actividades financieras y de la banca.

Lo antes descrito ha permeado también la actividad empresarial, la concepción gerencial y administrativa de las empresas tradicionales, ocurriendo la denominada “transformación digital empresarial”. Esta transformación está sucediendo en aquellas organizaciones que piensan y aprenden. En las que están conscientes de la necesidad de cambio y adaptación a las exigencias del entorno “glocal” de una economía cada vez más colaborativa.

Es así que los emprendimientos para nuevos negocios también están asumiendo este cambio tecnológico, lo que los lleva necesariamente al desarrollo de negocios digitales. Ellos nacen, crecen y se expanden en la internet. Mutan y se adaptan a los espacios locales y globales a la velocidad de un “clic”. Agregan valor, acortan distancias y costos, hacen más horizontales a las organizaciones.

Hay importantes elementos nos han permitido evolucionar, crecer en este tránsito. Entre ellos están:
a) La acumulación de experiencias.
b) El aprendizaje almacenado y transmitido en el tiempo.
c) La capacidad de adaptación al entorno.

La información, junto al conocimiento puestos al servicio de los hogares y las familias, han devenido en un desarrollo científico-técnico. La producción en masa se convierte en un imperativo para cubrir los crecientes gustos y preferencias que la población demanda en forma de bienes y servicios, de la mano de las necesidades, potenciadas tanto por la publicidad como por los mass media.

Es por esta razón que la educación se convierte en la base para adoptar estos cambios. Más aún cuando, en manos de la blockchain, el internet cambia ahora a un “internet del valor”, donde la concepción del dinero y valor de las cosas están determinados, no necesariamente por las estructuras de costos, sino por las necesidades de las personas.

Es en este espacio donde el bitcóin y las criptomonedas se presentan como una solución real ante la pérdida de valor del bolívar en hiperinflación.

Esto hace que nuestra labor educativa sea doble. Debemos aprender de nuevas tecnologías que se convierten en medios de pago. También aprender que estas preservan el valor del trabajo individual y el capital de la empresa.

Estamos viviendo el tiempo de la transformación digital, que tiene como base el aprendizaje y la educación. Ambos son la piedra angular del cambio de época que tenemos frente a nosotros.

Visto así, resulta necesaria una educación financiera para la comprensión y uso de las criptomonedas en la economía digital. Que abra el entendimiento social de una nueva forma de transferir valor desmaterializado cuando la política económica no cumple su función.


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Créditos fotos:
Bitcóin: SnapLaunch en pxhere.com
Computadora-e-commerce: Pixabay.com