Durante la última década hemos sido testigos de cómo los cambios económicos, sociales y culturales han impregnado una “nueva realidad”. Estos cambios están aunados a la llegada de la pandemia, que aceleró el reenfoque de la dinámica organizacional y, con ella, la humana.

Así, nos percatamos que se nos vienen cambios de paradigmas y ajustes a todo nivel. Ellos deben ser atendidos como una oportunidad para “poner a prueba de qué estamos hechos” y cómo nos orientamos hacia nuestra visión, sin temor a equivocarnos.

La gestión humana es una de las áreas de interés más importantes en la organización. Como protagonista de todos estos acontecimientos, en sus hombros reposa la estrategia requerida para que los colaboradores, pese a las circunstancias, encuentren significado, aprendan y crezcan en los espacios laborales. De esta forma, lograrán conectar el proyecto corporativo con el proyecto personal.

En diciembre de 2019 se realizó el último encuentro de Gestión Humana y Sostenibilidad. Fue convocado por la Federación Colombiana de Recursos Humanos, el Centro Internacional de Responsabilidad Social y Sostenibilidad y el Digital Next Transformation. Allí vimos la intervención de Dave Ulrich, líder mundial en Gestión Humana. El encuentro está resumido en la Revista HT + RS, en su versión 113.

Ulrich, reconocido como uno de los pensadores más relevantes en el mundo de los negocios, aseguró que “la agilidad y la adaptabilidad individual es la capacidad de las personas y de los líderes para aprender y crecer”.

Fue certero al mencionar que esta agilidad de aprendizaje es uno de los indicadores clave del liderazgo eficaz. Quienes no pueden realizar estos cambios de manera acelerada, tendrán un impacto limitado.

Esto lo relaciona con la forma de promover la adaptabilidad de los colaboradores al contexto global. Por tanto, mirar de cerca las competencias que se requieren en estos nuevos tiempos pasará a ser uno de los A, B, C de la Gestión Humana.

Ulrich nos contaba cómo aprovechar la incertidumbre y la crisis. Cómo ponerlas en favor de las organizaciones y de nuestros colaboradores, convirtiendo la amenaza en oportunidad. También cargándonos de la energía que sugieren estos tiempos complejos, que reta nuestra habilidad para manejar la ambigüedad, el caos y el desorden.

Este es un punto clave para garantizar la continuidad de los negocios. Se logra a través de las maneras como los líderes nos preparamos para surfear las olas y fluir, y cómo distinguimos esta “competencia natural” en nuestros colaboradores.

También opinó sobre cómo lograr que en los ambientes de trabajo prevalezca el humanismo, considerando que el teletrabajo ha modificado las formas de encarar el trabajo.

Al respecto, mencionó que las organizaciones pueden y deberán convertirse en comunidades, donde los colaboradores encuentren recursos que brinden apoyo emocional y puedan salir airosos en la turbulencia. Aquí es fundamental que demos pruebas de ser realmente empáticos con su nuestra gente y que no nos quedemos en el “slogan corporativo”.

“La experiencia de los empleados se ha convertido en un elemento crítico de la experiencia laboral, ya que creen (encuentran significado), se convierten (aprenden y crecen) y pertenecen (se conectan con otros). La experiencia de los empleados es un indicador principal de la experiencia del cliente y la confianza de los inversores”. Dave Ulrich.

En definitiva, esta es una de las claves gerenciales: persuadirse sobre la transcendencia que pueden lograr las organizaciones a través de su gente. De ser un ambiente que agregue valor. Esto hace posible que esa emocionalidad se traslade al cliente cuando tenga la experiencia del servicio.

Por otra parte, Ulrich enunció las características que debería tener el líder en 2021. Expuso su “código de liderazgo 2.0”, que enumera los requisitos que le permitirán a los líderes descubrir y maximizar las oportunidades en ocasiones de crisis. Estos son:

Antes de concluir, enumeró los desafíos más importantes que enfrentamos los líderes de Gestión Humana:

El talento: centrado en garantizar que los colaboradores tengan las competencias, alto compromiso y contribución.

La organización: menciona que los conocimientos que ofrece gestión humana sobre las capacidades de la organización son únicos y se traducen en:

El liderazgo: esa palanca que hace posible lo imposible y logra que tanto la organización como el talento sean impulsados.

 

En definitiva, crear oportunidades para los empleados del mañana pasa por su experiencia positiva, patrocinada desde la organización durante su trayectoria. También por la creación de significado y de espacios que le permitan tanto el crecimiento como el aprendizaje.

Sin duda, estos últimos elementos son de profundidad social. Hablan de las razones que orientan la responsabilidad de las empresas que quieren ser recordadas hoy y mañana y ser referente en el futuro de la humanidad.


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