Promoción 1968
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Por Leopoldo Siblez G.


La verdad es que como decía el cantante mexicano Miguel Aceves Mejía: “Voy a contarles la historia de un corrido muy mentado”

Lo que paso en la reunión del miércoles 23, fue un éxito total y, cómo siempre, les comento algo de los eventos, o los reseño, o lo invento.

En este caso que me ocupa y me desvela, me hubiera gustado compartir con ustedes, y con muchos de los que no fueron, y así poder lograr que esos que no pudieron asistir nos hubieran visto por un ojal de una aguja o por una rendija, para que así hacerlos sentir y participado desde sus casas, la gozadera que presencialmente disfrutamos los que fuimos, comimos y bebimos; y son Los momentos como estos los que hacen que la vida sea diferente, y que como decía Billo, “ni se compra ni se vende”, y que no todo es material sino que existe lo espiritual, aunque sea detrás de una botella de ron con hielo de bloque, con una concha de naranja (que desgraciadamente no nos la sirvieron en copa balón, como lo recomienda la roncera mayor, la tía de uno de los más importantes comensales que asistió).
 
No voy a nombrar esta vez nombres, ni apellidos, ni voy a decir palabras no reconocidas por la RAE, ya que uno de los comensales, que su apodo se parece a una parte del pollo, me sugirió que escribiera con fines de que fuera publicada en un medio y como no sé dónde la va a publicar, pero me comprometí a hacerlo, cumplo con lo prometido.

Yo mayor de edad y titular de una cédula de identidad que comienza por tres millones, a quien muchos de ustedes conocen cómo el “horror de la ortografía”, corro con los riesgos de esta aventura literaria.




La reunión fue un retorno al pasado; fue como cuando correteábamos por los pasillos del colegio y nos trasladó a una época donde no había las diferencias que existen actualmente, que nunca han existido en esa promoción, que no deja de estar cerca del clímax del Sr Amstrong, cuando al pisar la luna dijo en voz audible, “un pequeño paso para el hombre pero un gran paso para la humanidad”, y luego se oyó en la emisora de televisión Radio Caracas TV, en voz casi inaudible por la estática, “saludos Sr Gorky”; y es que la vida te da sorpresas, como dice Rubén, y de esa manera poder disfrutar cada momento que nos da el que todos llamamos Dios y al que debemos de pedir que nos permita vivir y disfrutar la vida como si hoy fuera el último día; y cómo no quiero meterme en temas profundos le doy las gracias a Dios por tener a amigos y compañeros como los que he tenido en esta vida.

Bueno como les venía contando antes de tomar otra dirección que me llevó a decir cosas que todos sabemos y sentimos.

Nos reunimos ayer en un local, que no moja pero empapa, donde nos sentimos en nuestra casa y los dueños y sobre todo el Gordo Unión se esmeraron en que hubiera más detalles de los que siempre se encarga de que aparezcan y nos atendió un personal que desborda cariño y te contagia de buena vibra.




Éramos varios y nos volvimos muchos. Se derrochó cariño, humor, echadera de broma y sobre todo mucha sinceridad y camaradería. Cuando nos reunimos es como si el tiempo se hubiera detenido y el reloj se hubiera parado y creo que con el regalo que trajo Ignacio, más de uno se le va a parar algo y no será el taxi.

La reunión empezó para mi un poco tarde, yo llegue como a la una y media, ya que, por no prever bien el día, tuve que convencer a mi media naranja que iba a tener un cuidado extremo ya que estaba recién operado y me habían sacado el diablo rojo, ese que se usa para destapar las cañerías y al llegar al local me recibió la copia de Dark Búfalo, quien es la persona que amablemente hace lo posible para que en donde caben 6 carros se estacionen 20, y además no maneja, y ya en el local me encontré a El Padre Zapata y al Químico, ya conversando a pie suelto con el jefe de los piratas Ingleses. Me tomó unos minutos adecuarme al evento ya que sufrí un apretón de brazo que hizo que derramara unas gotas de sangre de pura alegría, ya que, sin darme cuenta, me apretaron por la herida que tenía y recordé entonces el “Principio de Peter” y al ver a unos amigos, que tenía como casi dos años que no veía, aunque no había estado sin saber de ellos, gracias a la tecnología de la que hablaba Mr Amstrong.

Luego, a medida que pasaban los minutos, fueron apareciendo cual película de Boris Karloff la fauna de personajes más grata que he visto en varios meses, llegó el Chivo en busca de alfalfa, el Médico Silencioso que me ayudó a desaparecer los restos de sangre en mi camisa manga larga, para que no hubiera vestigio de mal trato y siguiendo los consejos del Sr de la Lengua de Fuego, se vertió agua oxigenada en la camisa que disimuló los colores de la sangre derramada, luego en orden no cronológico apareció Don Limpio con el Dentista Orfebre y con el Castillo de Naipes, que según unos eran medallas de las distintas batallas ocurridas en el salón de clase, nos dio un gran abrazo el fanático número uno del Madrid y nos presentó al nuevo Seniat, que habló mucho con la Vieja, que nos contó lo mal que estaba Pata de Columna y lo bien que se veía el León de los Chumas.




Si pudiera volver a repetir el evento o repasar el mismo como si fuera una película y pudiera parar la misma en el momento que yo quisiera, no sabría qué momento escoger, ya que, se me pasó tan rápido el tiempo, que de repente ya eran las 5 y media de la tarde: eso le pasa a uno siempre que uno está pasándola tan bien que no existe el tiempo y de repente ya habían pasado casi cinco horas de buena y amena compañía, donde los asistentes, por cosas de la vida todos somos diferentes, y cada uno se dedica a cosas distintas y donde lo más importante es saber que estamos como siempre hemos estado, acompañados de muchos años de convivencia, donde nos podemos decir las cosas sin herir susceptibilidades y, sobre todo, donde cada quien se siente como si el tiempo no hubiera pasado en estos 54 años desde que nos graduamos y donde los que no se graduaron siempre han sido parte de el mismo equipo, donde cada uno ocupa un puesto importante en nuestros recuerdos y nuestras vivencias.

No sé si los cuentos macabros de la Lengua de Fuego, o el incidente que no terminó, pero como nos angustió, del Sacamuelas Orfebre, todo bajo la mirada incrédula del tal Reny, que no moja pero empapa, o la historia nunca contada de lo que paso con muchos compañeros que se fueron y no aparecieron, unos porque ya no están con nosotros y otros porque las cuaimas todas poderosas lo impidieron.

El agua que se sirvió fue densa y muy Zenda ya que el Sr Paolo, al que le daban calambres en las clases de Urmeneta, se esmeró en mandarla en desagravio de su inasistencia. Estuvimos esperando al Rey de la Bandolina, pero no apareció, creo se fue con el que mientan el Chopo de Altamira a buscar algo que darle al guachimán del Morrison, a ver si los anotan en la próxima reapertura del local, el Sr Madrid nos enseñó lo bonito que era el equipo cuando jugaba Gento y Di Estefano.







Cuando llego el Sr del Castillo, ya no se habló más de las medallas olímpicas, ya que en ese hipódromo no corrían tan bien los otros caballos. Eso si, el establo estaba más limpio ya que lo limpiaba Don Limpio, con calva y todo, en eso apareció la Vieja, más despelucado que Trino Mora y nos enseñó cuando él y los desaparecidos Los Riviera hacían que la gente meneara el esqueleto. Conversamos de la desaparición del gran Chuchú y de cómo él cantaba sin chuleta y cómo fue evolucionando el grupo, al que casi le ponen el nombre de Bad Bunny, en honor al Sr Ovejo, que pernocta plácidamente en la tierra del Cabal y de los rabi-blancos.

Bueno esta fiesta se puso buena a medida que la gente contaba sus anécdotas, de cómo desplumaron a fulano, o cómo tumbaron a mengano, y de cómo se batía el cobre en Florida, Londres y hasta en Chile, que ya es bastante, ya que está en el cono Sur, y que nuestros homólogos matanceros ubicados en Florida, que forman parte de otra fauna distinta, pero con todos los atributos mencionados se reúnen de vez en cuando a tomarse unos tragos que valen un dólar de los de antes y donde el horario no es tan extenso como en esta tierra de gracia tan maltratada. Todos nos sorprendimos al saber que ya eran casi las 6 y empezamos a partir hacia la realidad de la vida, que hoy, por 5 horas, nos brindó esos mágicos momentos.

Un abrazo a todos y prepárense para la octavita donde participarán, además, el mejor de la clase, el Báquiro Mayor, el Búfalo Parlanchín y muchos otros que por compromisos previos no asistieron hoy.