El papel insustituible de la familia se centra en fomentar el pensamiento crítico, con ejemplo y conversación, entre otras cosas que describiremos aquí
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Los estilos de vida antes de pandemia recurrían en una perenne falta de tiempo por cosas de trabajo o por cumplir una apretada agenda con múltiples compromisos. En esos tiempos, los padres veían en los dispositivos electrónicos la nana y la niñera perfecta a toda hora, o inclusive todo el día. Ahora en medio de la pandemia, la situación se acrecienta, porque precisamente, aun cuando la mayoría no tiene un horario qué cumplir en una oficina, sino que se ejerce el trabajo remoto, los niños siguen teniendo a las niñeras electrónicas las 24 horas del día.
 
Actualmente, los padres obsequian Smartphone mucho antes de una edad cerebral madura a sus hijos, por ejemplo, a los seis años. Esta situación ha sido la razón por la que un grupo de profesionales de la salud mental y del comportamiento ha empleado más de quince años de estudios con la intención de evaluar los daños que la tecnología -usada por largo tiempo y sin descanso- ocasiona en la inteligencia emocional y racional de los jóvenes.
 
El crecimiento y desarrollo de los niños debe estar acompañado por el adulto quien le hablará y le mostrará las formas, texturas, olores, colores, tamaños y demás características de las cosas concretas que le rodean para fortalecer conocimiento utilizando todos los sentidos. Es decir, el tacto, el gusto, olfato, visión y audición.
 
Los psicólogos aseguran que cuando los niños aprenden algo sus neuronas brillan y se conectan de manera positiva para continuar alimentando de información al cerebro. Mientras más neuronas permanezcan conectadas, hay garantía de una mayor cantidad de materia gris y conforme a esto el individuo será más inteligente.

Las neuronas brillan cuando aprenden algo nuevo

Tocando el tema de las pantallas, los sentidos que los niños usan cuando tienen en sus manos un Smartphone son la visión y la audición únicamente.

Sensaciones no deseadas y perjudiciales

Se entiende que por la falta de tiempo de los padres, quienes tienen la necesidad de trabajar, una Tablet o un teléfono inteligente los puede apoyar en gran medida para no perder atención en sus compromisos laborales. Pero el punto de preocupación de los profesionales de la salud mental y conductual es el período al que están expuestos los niños y las sensaciones que comienzan a experimentar.
 
Por ejemplo, un niño de seis u ocho años posee un cerebro inmaduro y amerita la información correcta para complementar su desarrollo de la manera más inteligente posible. Pero si está enfrente de una pantalla y comienza a ver videos, -aun cuando se supone que son creativos y educativos-, su curiosidad lo llevará a visualizar otro contenido que ofrece internet de forma continua, como, por ejemplo; juegos, comiquitas, historietas y una amplia competencia digital que los atrapa por largos períodos.
 
En estos momentos, los niños comienzan a sentir angustia, rabia o frustración si se trata de competencia, o tal vez comienzan a sentir una emoción desvinculante si se trata de un juego en el que se incluye matar a su contraparte o sacarlo del juego. Del mismo modo, estos minutos representan para los niños la estimulación de sensaciones tanto nuevas como dañinas para su formación e inteligencia emocional, cuando se supone que su salud mental debe desenvolverse en un ambiente lo más sereno posible que evite angustias por preocupaciones que no necesitan en su edad.

Los Smartphone son las niñeras de esta era

Carolina Pérez es una educadora de nacionalidad chilena con master en Educación en la Universidad de Harvard. Como estudiosa del tema de las pantallas, en reiteradas oportunidades ha sido entrevistada -consultada al respecto de la afectación de los Smartphone en el cerebro de los niños, según el aspecto científico y los análisis de los psicólogos que han dedicado años a la investigación.
 
Aplicaciones y juegos crean adicción

Pérez explicó que todos los aparatos digitales, aplicaciones y juegos de video están diseñados en laboratorios con la pura intención de generar adicción.
 
La gravedad del asunto es que las aplicaciones son vendidas a los padres con la oferta del aprendizaje garantizado en sus hijos. Evidentemente los adultos compran esta idea por lo practico que resulta para la vida de todos; por un lado, para los padres, quienes necesitan tener un poco más de tiempo para sus labores, y por el otro, para los niños, a quienes se les ofrece entretenimiento y aprendizaje.
 
Sin embargo, explica Carolina que este disfrazado beneficio mutuo viene acompañado con un daño en las distintas partes del cerebro del niño, considerando el chorro de dopamina que le produce placer. Esto lo que genera a la larga es la matanza de neuronas y, por ende, se convierte en un adulto menos inteligente o con menos capacidad de atención.


Chorro de dopamina reciben cuando usan los aparatos digitales

Es razonable el uso de la tecnología para el desarrollo de las naciones y la comunicación de los individuos, más ahora en medio de una situación global de aislamiento en donde es necesario el trabajo remoto. Sin embargo, es importante que los padres tomen el control y conozcan las consecuencias del uso frecuente de los dispositivos digitales en los niños cuyo nivel cerebral se ve vapuleado.
 
El papel insustituible de la familia

Por su parte, Charo Sábada, quien es Doctora en Comunicación y Profesora Titular de Publicidad en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra, explica en el portal Empantallados.com, que debe “fomentarse el uso crítico y seguro de las tecnologías de la sociedad de la información para el trabajo, el ocio y la comunicación”.
 
Sábada advierte que, en temas relacionados con la tecnología y el uso de las pantallas, el papel de los padres y supervisores es vital y debe actuarse con actitud, garantizar la formación continua, vincularse con los centros de educación y fomentar el pensamiento crítico haciendo uso de ejemplos y empleando la práctica de la conversación.
 
El tema de la pandemia ha intensificado el uso de las tecnologías con las redes sociales para mantenernos comunicados con familias y amigos, en vista de la necesidad de quedarnos en casa. Esto ha impulsado formas de trabajo y así mismo la educación en todos sus niveles, pero la responsabilidad debe ser aún mayor.
 
Tips para gestionar soluciones

Finalmente, podemos citar algunas de las recomendaciones que los profesionales aportan para los padres quienes se encuentran agobiados en el tema del uso excesivo de sus hijos con Internet y el tiempo que permanecen conectados a las redes sociales.
 
Control parental

-Como primer punto, deben trabajar en su labor de mediación parental en Internet y acompañarlos durante el uso de los aparatos.
-Otra recomendación es que se definan las normas básicas incorporando pausas y tiempos de descanso planificando tareas domésticas.
-Un tips importante es que se apliquen las opciones de control parental para que se haga un horario de uso de los Smartphone y orientarlos de manera coordinada. Por ejemplo, simular un horario normal de clases. Si la mañana era exclusivo en el centro de educación, entonces plantear dedicar ese tiempo a la lectura de libros o realización de tareas exclusivamente, y en el horario de la tarde establecer el tiempo de visualización de sus pantallas incorporando los espacios de tareas en el hogar para normar el tiempo de descanso.

A los niños desde muy pequeños se les debe ocupar su tiempo en labores como arreglar su cama, acomodar su ropa limpia y seleccionar la sucia, lavar trastes, bañar a las mascotas, sacar la basura, organizar las cosas en la nevera, desempolvar muebles y demás actividades de fácil acceso y muy poco esfuerzo. De este modo pueden ganarse unos minutos de ocio frente a sus pantallas sin excederse del tiempo establecido y disciplinar la conducta paso a paso.