La resaca emocional profunda que ha marcado a Venezuela, por la esperanza no concretada ante la posibilidad real de lograr el repechaje mundialista, al perder la doble jornada final de las Eliminatorias CONMEBOL ante Argentina en Buenos Aires, 3-0 y ante Colombia en Maturín, por 3-6, ha dejado como secuela una desazón generalizada en nuestro gentilicio venezolano. Se repite una historia cíclica y lapidaria de volver a perder la opción mundialista, y en esta ocasión, con una expectativa mayor al contar con una generación de futbolistas internacionales y en equipos de nivel en España, Brasil, EEUU, México, Ecuador y Argentina.

Ha sido despedido el CT de la Selección Nacional, comandando por el Prof Fernando Batista y la FVF entra en una etapa de auto-reflexión para reconocer sus errores, en la no consecución del objetivo clasificatorio y redefinir el nuevo Proyecto Vinotinto Mundialista.

Lo primordial, lo sustancial, lo principal es puntualizar concretamente la IDENTIDAD VINOTINTO, de acuerdo a lo visto y configurado con las experiencias vividas por nuestra Selección Nacional, con 2 modelos diferentes que han demostrado una personalidad competitiva real, la 1era con un estilo de juego combinativo propositivo, con salida limpia desde zona defensiva, con volantes creativos, con pases y jugadas desequilibrantes y con tendencia de atrevimiento ofensivo. Además, un sistema defensivo con vigilancia preventiva permanente y recuperación inmediata tras pérdida del balón. Comprendiendo que la actualidad te exige el fútbol de intensidad en ritmo, dinámica, radio de acción, rotaciones funcionales y sincronismos ofensivos con automatismos defensivos.

Y el 2do estilo es un equipo con firmeza defensiva estructurada, que sepa aguantar con solidez en su zona de seguridad y aprovechar con ataques transicionales verticales y profundos para conseguir opciones de gol. Conformado con futbolistas de una gran personalidad y carácter competitivo y desarrollar una intensidad de los momentos transicionales del juego.

Esa es la pregunta básica y principista que debe ser respondida por la FVF, para que a partir de esa definición de la Identidad Vinotinto, se inicie la búsqueda del Seleccionador compatible con ese estilo de juego, sea Nacional o Extranjero.

Cuál debe ser el PERFIL IDEAL DEL SELECCIONADOR:

1. Conocer del fútbol venezolano y sus fortalezas y debilidades

2. Con capacidad comprobada, demostrada en los equipos que ha dirigido, que tenga
una compatibilidad real con el estilo de juego o Identidad Vinotinto definida por la FVF.

3. Experiencia en Procesos de Eliminatorias y/o Mundialistas.

4. Habilidad para potenciar talentos en futbolistas jóvenes y de experiencia.

5. Carácter para forjar una Personalidad y Mentalidad ganadora en el futbolista
venezolano.

6. Sembrar Confianza en los futbolistas Venezolanos, para desarrollar sin límites su potencial de jugadores de alto nivel de rendimiento.

La decisión más importante de la FVF por su influyente consecuencia en todo el Fútbol de Venezuela, es la elección idónea y coherente, con la necesidad evidente de re-encontrar y reafirmar la Identidad Vinotinto perdida, por lo tanto no puede ser una escogencia producto de improvisación o de un nombre propio de moda o mediático, sino una decisión profesional, coherente y estratégica para no volverse a equivocar.

Esa Identidad Vinotinto debe ser transferida a través de un Proyecto de Selecciones por categorías, que permita una conexión vital y esencial técnico táctica, para garantizar la formación y transmisión ideal secuencial, desde la categoría Absoluta, Sub23, Sub20, Sub17 y Sub15.

La FVF debe aprovechar el Departamento de Scouting Internacional y Nacional para detectar, supervisar y darle seguimiento a los talentos de las categorías.

Conclusiones:

Para poder torcer la actualidad decepcionante que ha dejado el proceso finalizado de estas Eliminatorias, se debe asumir el reto de transformarlo, utilizando todas las herramientas que se disponen para optimizar el nivel integral en lo técnico, táctico, atlético y psicológico de nuestros futbolistas y en especial, en la comprensión del estilo de juego a plasmar en la cancha.

Para recuperar la confianza de nuestra fanaticada, se debe mostrar en la cancha una Selección Nacional que juegue con atrevimiento, compromiso y fortaleza mental para representar en toda su dimensión, el gentilicio venezolano con grandeza protagónica de EQUIPO GRANDE.

El objetivo primario es que a través de la Filosofía de juego redefinido, se cumpla con el propósito de construir un trabajo de equipo cohesionado, que garantice competitividad sólida y una mentalidad ganadora que se forje con resiliencia y carácter inquebrantable.

El Legado Vinotinto dicta que LA VINOTINTO ES ORGULLO, IRREVERENCIA Y DIGNIDAD.

A nosotros como dolientes del fútbol venezolano, nos corresponde hacerlo realidad.

Richard Páez Monzón