CORTITA Y AL PIÉ
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Por: Hamlet TaBarez
Jugador nacido en Montevideo, Uruguay, activo desde 1960 a 1975.
Debutó en 1 división uruguaya a los 17 años en Racing Club de Montevideo.
Club Atlético Defensor de Montevideo, Colón de Santa Fe, Deportivo Galicia.
Selección Nacional de Uruguay desde las categorías S15-S17, Juveniles y Absoluta.
Titulado en el Colegio de Entrenadores de Venezuela en la categoría Entrenador Nacional.
Entrenador en el Colegio Santo Tomás de Aquino, categorías infantiles, juveniles y primera categoría , de 1974 a 2019.
Contacto: tabarezflia@gmail.com

Para construir una casa o un edificio, llamas a un Arquitecto, que estudió para eso. Para construir un equipo de fútbol, los que “estudiaron” para eso son los jugadores y en la medida, por supuesto que se capacitan para ello, no sólo para ser técnicos, sino asumir posiciones de dirigentes, en toma de decisiones, el fútbol mejoraría. Sé que me van a decir que soñar no cuesta nada, pero levanto este centro a la olla, en busca de la utopía, conociendo que los jugadores de fútbol ya hace un tiempo que lo están haciendo, porque más que una obligación es su derecho. No es fácil, porque olvídate del fútbol romántico y el amor a la camiseta, ahora el poderoso caballero es Don Dinero, y los que manejan la plata del fútbol, son los dirigentes, los periodistas, los empresarios y han logrado instaurar la creencia de que a los jugadores no se les puede hacer mucho caso cuando hablan de fútbol, porque ellos lo único que saben es jugarlo.



Es de sentido común (algo escaso estos días), que lo más importante es el trabajo en las divisiones inferiores, habiendo equipos profesionales que van en esa dirección desde hace rato, invirtiendo en la infraestructura necesaria para desarrollar el talento, que la mayoría de los niños que sienten el fútbol como una pasión y que no va a cambiar, contradiciendo en cierto modo, a los que dicen que el fútbol no tiene suficientes sentimientos en estos tiempos.

Debo decir que el equipo que juega bien porque tiene buenos jugadores, va a ganar más partidos, un ejemplo actual de eso es el Barcelona y sus brillantes jóvenes jugadores, en su mayoría salidos de La Masia, su academia juvenil, en donde se formó futbolísticamente nada menos que Lionel Messi. Formar jugadores para el primer equipo que crezcan con el convencimiento de que lo mejor del fútbol, lo que te hace feliz, es jugar bien. Y cuando se habla de inexperiencia, todavía les falta, cosa que dicen los que como formar jugadores cuesta plata y lleva tiempo, prefieren invertir en comprar jugadores ya consagrados, y eso es relativo, porque es experiencia y de la buena, llegar al primer equipo con 17 o 18 años, habiendo jugado cuatro o cinco años con los mismos compañeros, de la misma forma, con el convencimiento de que lo más hermoso del fútbol es jugar bien y es lo que te hace feliz; sin duda, tenía razón el Flaco César Menotti cuando decía que al fútbol lo complicamos, pero no lo es tanto, tiene cuatro acciones: 1- defender, 2 – recuperar la pelota, 3 - gestar, - 4 definir. Y dentro de ese movimiento tres razones de juego: espacio, tiempo y engaño, todo lo demás está ligado a esta definición.

Una vez le preguntaron a Bochini, aquél 10 de Independiente que ganó tantas Copas América, que para Maradona fue el mejor jugador que haya visto, ¿cómo hace usted para jugar tan bien? y el Bocha respondió:
“Yo nada, me pongo donde no hay nadie, y se la doy al que está solo” … cuan simple, cuan eficiente, cuan real y cuán bien hay que jugar para hacer eso.



Pedri es la máxima expresión, pero los jugadores jóvenes del Barcelona lo hacen porque lo han desarrollado en su formación. Salvando las distancias (que son enormes), desde los quince años yo también jugué en una Masia del futbol uruguayo y a los 17 años debuté en Primera, en Racing Club de Montevideo, denominado La Academia y, jugar en las divisiones inferiores fue sin duda la época más feliz de todos estos años de fútbol, nos importaba un carajo la plata y lo que esperábamos con ansiedad era enfrentar a los grandes equipos, para demostrarle a todo el mundo como jugábamos y disfrutar de lo que para nosotros era nuestra mayor riqueza, jugar bien, lo que en la Academia era un requisito indispensable, la tradición así lo exigía, la larga lista de cracks que brillaron en el fútbol uruguayo, en la Selección y en grandes equipos de América y Europa, elevaba la vara para emularlos y nos obligaba a ser mejores. A pesar de cómo ha cambiado el fútbol en todos estos años, estoy seguro que ese espíritu de querer ganar jugando bien y no de cualquier manera, sigue vivo en los jugadores jóvenes, eso pienso cuando veo jugar a los locos bajitos del Barcelona.

Que estoy delirando, dirán los de la actual sociedad del comprar hecho, para que perder tiempo en hacer, o arreglar lo que tenemos, es bueno que no Descartes este centro de René:
“No hay nada más equitativo que la razón, todo el mundo está convencido de tener suficiente”.

Hasta la próxima Cortita y al pie.

“Joroba o el Janle” Como te guste más.