La llegada de los motores eléctricos a los utensilios que usamos los humanos ha generado una amplia gama de alternativas dentro de la magia de una pila. Hoy encontramos en las grandes metrópolis soluciones de transporte público en patinetas y bicicletas eléctricas que además de funcionales son divertidas. Difícil que el señor Edison hubiese podido imaginar que una bicicleta con motor eléctrico sería capaz de recorrer 200 kilómetros con la sola carga de una pila. Ese artefacto primitivo que en sus orígenes fue un medio de transporte únicamente propulsado por pedales, súper sano, ecológico, insonoro, sostenible y económico, continúa sorprendiéndonos, pues hoy reaparece masivamente con un motor eléctrico que prácticamente la deja transformada en una bici-moto.
El golf no se escapa de estas innovaciones. Aunque como deporte clásico mantiene etiquetas estrictas, es inevitable, más temprano que tarde, que las ventajas de estas nuevas opciones queden a la disposición de los jugadores. Además de la parte divertida que es recorrer los campos sobre dos ruedas, cumple con la gentil misión de hacerles el juego más agradable, más expedito y, para las personas que puedan tener lesiones o molestias de algún tipo en el caminar, esta es una fórmula a muy buen precio de adquisición y muy poco costo en el mantenimiento.
El uso de los carritos de golf se ha diversificado tanto que funcionan de muchas maneras, inclusive como vehículos alternos de transporte en vías públicas, pero a un precio elevado. En los clubes venezolanos se ha presentado la dificultad económica de reponerlos, inclusive de mantenerlos funcionando. Entonces la bici-golf empieza a ser una alternativa posible y probable.
El impacto ambiental es una consideración que alarma a los jardineros y a los encargados de preservar la grama en óptimo estado (que también somos todos los golfistas) porque podría dar la impresión de que la traza del caucho pudiese dejar surcos que dañarían la vegetación y desmejorarían el tiempo de reposición. Estos aspectos, obviamente, fueron considerados por los fabricantes, por eso es que tienen cauchos lo más ancho posible y distribuido así el peso, la presión es mínima.
Para tener una idea práctica escoja entre poner la mano para que le pase por encima un caucho de la bicicleta o le pise un zapato de clavos. Para mayor protección al medio ambiente tenemos que el motor eléctrico no deja botes de aceite ni de gasolina.
En el mundo al que hemos arribado, en aceleración exponencial, estamos llenos de ideas novedosas que, o no nos enteramos de todas o, llega una nueva que inmediatamente cubre la otra.
Sin embargo, aquí tenemos el ejemplo de un elemento sencillo que aprovechando algo de tecnología le podemos sacar mucho provecho e incorporarlo a esta actividad deportiva, como han hecho y están haciendo muchísimos campos del planeta.