Satisfacción o Castigo
Por Alfredo Vetencourt. "Going dutch" es que cada uno paga su parte. Si ya Rembrandt en 1654 andaba pintando golfistas, la celebración de los hoyos en uno se debe haber desvirtuado en algún momento.
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La imagen: The Golf-Player,1654 - Rembrandt (Rembrandt van Rijn)    

Es contradictorio que uno de los eventos más satisfactorios en el golf, se pueda convertir en un castigo económico.

Desde los orígenes de nuestro querido deporte (o pasatiempo), bien sea desde la Holanda del siglo XIII o desde la Escocia del Siglo XVI, todos los jugadores soñamos y esperamos con hacer alguna vez en nuestra vida un “Hoyo en Uno”.

Muchos golfistas, pasan toda una vida sin que llegue el tan esperado momento. Pero no te desanimes, mito o leyenda, un jugador de California logro en un periodo de 15 años 59 “Hoyos en Uno”. Algunas estadísticas señalan que, en una zona de canchas de golf, cada 3.500 rondas se alcanza un “Hoyo en Uno”, siendo lograda en su mayoría por jugadores de nivel medio y con el uso de los hierros 7, 8 o 9.

En nuestro querido club Izcaragua, se conoce de un jugador que hace pocos años, logró dos hoyos en uno en una misma ronda. De la celebración no se tiene reseña, pero con seguridad le costó algunas copas de la preciada bebida escocesa.

Es una tradición en la mayoría de los países que quien realice tan soñada proeza, debe invitar unas copas a los compañeros de partida y en muchos casos a todos los jugadores de la cancha que estuvieron en la jornada.

Se sabe de algunos clubes de Japón, que aquello jugadores que logran el Hoyo en Uno, celebran su proeza con un festejo que ronda los 10.000 $. De igual manera, es conocido que en algunas canchas existe un seguro para tal eventualidad.

En la mayoría de los campos de Estados Unidos, el jugador que logra su anhelado sueño recibe de los demás jugadores la invitación de todos sus consumos líquidos de ese día.

Alguna vez oí, que el venezolano no estaba preparado moralmente para aplicar esta última opción, ya que eventualmente pudiera abusar de los beneficios que traería su afortunada gesta.

Sin entrar en juicio de valores, en lo personal considero que una satisfacción tan grande debe ser premiada por sus compañeros de partida, sin embargo, no se conoce caso documentado en nuestro país de tal acontecimiento.

Sería interesante que nuestro querido club Izcaragua, sea el pionero en esta modalidad y de esta manera volvamos a hacer historia.

¡Mientras tanto, sigamos en la búsqueda!