Por Alfredo Layrisse D. - La situación de la política española que se puede calificar de crítica y en una encrucijada cuya solución no se percibe claramente
El Dilema de España
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Mientras dirijo ocasionalmente mi vista hacia Venezuela, mi país, y solo veo allá la misma situación de desesperanza de siempre, estoy viviendo todos los días la situación de la política española que se puede calificar de crítica y en una encrucijada cuya solución no se percibe claramente.

Hubo votaciones nacionales, municipales, autonómicas y europeas. En todas ellas ganó el PSOE dirigido por Pedro Sánchez. En el caso del parlamento el PSOE logró 123 escaños, contra 66 del PP, 56 de Ciudadanos, 42 de Podemos, 24 de VOX y 15 de ERC. El problema de hoy es cómo lograr la investidura de Sánchez: el PP es el histórico partido de oposición y ahí se mantendrá firme; Ciudadanos, que se dice un partido liberal que nació en Cataluña y es dirigido de manera férrea por Rivera, ha dicho por activa y por pasiva, como aquí se dice, que no va a facilitar la investidura de Pedro Sánchez ni apoyándolo ni absteniéndose; Podemos parece el aliado natural y necesario del PSOE pero sumados sus votos a los de este último no alcanza los 176 votos que es la mayoría necesaria para constituir gobierno estable.

Además, Podemos aspira a que le den ministerios en el gobierno a lo que Sánchez no parece estar dispuesto porque los votos de Podemos no le garantizan mayoría y tener a Podemos en el gobierno sería una carga difícil de sobrellevar porque querría imponer sus criterios en todas las decisiones. VOX no cuenta para la investidura por sus pocos escaños pero especialmente por su posición política de extrema derecha que no comulga ni de lejos con el PSOE.

Quedan los escaños de los catalanes, ERC y Juntspercat, los de Bildu que es el partido pro ETA, dos escaños de Coalición Canaria que no quiere nada con Podemos, y algunos otros escasos.

Sánchez convoca a PP y Ciudadanos a que por lo menos se abstengan con lo cual lograría en segunda vuelta su investidura, porque si no se logra la investidura en la primera bastaría en la segunda que hubiera más votos por el sí que por el no.

Yo no entiendo la posición de Ciudadanos, que es un partido de centro que nació para ponerle límite al bipartidismo, PP vs PSOE, tradicional pero que ahora está empeñado en irse a la derecha a disputarle el liderazgo al PP. En Ciudadanos creyeron que con su muy buena votación del 28 de abril para las generales lograrían darle el sorpasso al PP, es decir superarlos y constituirse en el eje de la derecha, pero no ha sido así y en las elecciones del 26 de mayo quedaron lejos del PP. Ahora es un partido comparsa del PP en los gobiernos municipales y autonómicos que han conseguido con la ayuda de VOX de la que se avergüenzan, pero a la que, al final, acuden disimulando sus escrúpulos.

Ciudadanos ha podido lograr un gobierno estable junto con el PSOE sumando sus votos a cambio de puestos importantes en el gobierno, pero ni ellos lo han querido ni Sánchez les ha ofrecido un acuerdo atractivo. Mejor dicho, no les ha ofrecido ningún acuerdo.

Entonces, estamos iniciando julio y no sabemos cómo se van manejar los votos necesarios para la investidura ni cómo se van a lograr. Sin embargo, yo creo que al final, como Sánchez quiere ser gobierno a toda costa, va a pactar con Podemos, el PNV, los catalanes, y con cualquier otro partido pequeño que sea necesario con tal de lograr la investidura.

La investidura es una palabra que no tiene mucho sentido en la política venezolana pero simplemente significa que sin ella no hay gobierno como debe ser sino un gobierno en funciones, provisional, e inestable.

Este episodio de provisionalidad e inestabilidad puede prolongarse hasta septiembre aunque parece que Sánchez está dispuesto a jugársela a finales de julio. Ya anunció que el 23 de julio será el pleno de investidura en el congreso en el que necesita mayoría absoluta y la segunda votación sería el 25 de julio cuando lograría la investidura con un mayor número de votos por el sí que por el no. Si no logra su cometido en esas fechas se daría un período de dos meses para ver si se logran nuevos acuerdos y si no es así se llamaría a nuevas elecciones que tendrían lugar a mediados de noviembre.

Es evidente que estamos en una situación de inestabilidad que no sabemos adónde puede llegar. En España, lo mismo que ha pasado en varios países de Europa, no hay como antes dos partidos predominantes que se turnan en el gobierno sino muchos partidos, incluyendo a los partidos nacionalistas catalanes y vascos. Ahora hay que llevar a cabo acuerdos difíciles para gobernar en los que los partidos tienen que ceder en muchas de sus pretensiones y eso no era una costumbre arraigada en España.

En España además se ha constituido en esta ocasión una política de bloques, por un lado la izquierda representada por el PSOE y Podemos y enfrente el bloque de derechas formado por el Partido Popular(PP), Ciudadanos y Vox. Los dos partidos catalanes se anotan en la izquierda pero en realidad no lo son en la mayoría de sus principios, pero a esos partidos no les importa lo de izquierda o derecha sino ser independentistas. El partido nacionalista vasco (PNV) tiende más hacia la izquierda pero su interés fundamental es conseguir prebendas del gobierno central con el fin de mantener la posición de privilegio que tienen las provincias vascas con respecto al resto de España. El PNV que tiene seis escaños en el congreso probablemente va a apoyar a Sánchez en su investidura. Bildu que es el partido pantalla de ETA tiene 4 diputados pero es evitado por todo el mundo por lo que representa, pero en política puede llegar el momento en el que hasta los votos de Bildu sean necesarios.

Espero que en estas pocas líneas haya logrado caracterizar a grandes trazos por qué al inicio del artículo hablaba de crisis y de encrucijada. Mientras no se logra la investidura no habrá gobierno estable sino un gobierno en funciones como el actual de Sánchez que no puede establecer metas ambiciosas a largo plazo sino ir resolviendo los asuntos conforme se van presentando. Incluso si se logra la investidura esta puede sufrir de alguna inestabilidad de acuerdo a la forma en que se alcance. Si no se logra entramos en un terreno peligroso por lo impredecible, porque no sabemos cuál va a ser la reacción de los ciudadanos que están ya cansados de tantas elecciones. Las encuestas previas apuntan que en esas nuevas elecciones mejorarían sus resultados actuales el PSOE y el PP y en cambio sufrirían bajones apreciables Ciudadanos, Podemos Y Vox. El CIS(Centro de Investigaciones Sociológicas) en su barómetro más reciente dice que el PSOE podría acercarse al 40% de los votos, que Ciudadanos superaría por poco al PP y Podemos bajaría apreciablemente, extraña predicción. Pero nadie puede garantizar este resultado y podríamos quedar en una situación política aún peor que la actual.

Me parece que en este país faltan líderes de altura que vean más allá de sus cortos intereses partidistas y que den prioridad a los intereses del país como un todo. En España, por su historia, hay muchos puntos de fricción política que puede llevar al país a profundas crisis. La más notable de estas fricciones y con mucho es la cuestión catalana.

Los líderes independentistas catalanes son irreductibles en su empeño en constituir una nación catalana independiente y en ese intento no se detienen ante nada. Ya intentaron dar un golpe de estado en octubre de 2017 y por eso hay muchos líderes independentistas presos esperando la decisión final del juicio por rebelión que se lleva en estos días en el Tribunal Supremo. Ya terminó la parte procesal de este juicio y la sentencia final se espera que tenga lugar en agosto o septiembre de este año. De acuerdo a cuán dura sea esa sentencia podemos esperar una gran crisis con consecuencias difíciles de medir. Una de las salidas que se puede estar barajando, con grandes críticas por el bloque de las derechas, es que Pedro Sánchez acuerde un indulto para los líderes catalanes procesados a cambio de apoyo para la investidura. Si se da el indulto puede ser mucha más leña para el fuego político de España.

Después de 44 años de su muerte todavía Franco sigue jugando un papel importante en la España de hoy, aunque los jóvenes parezcan no darle ninguna importancia a esa figura dictatorial. Algunos no tienen ni idea de quién era ese llamado Caudillo de España por la gracia de Dios.